Dicen por ahí que la grafía correcta es nones. Lo cierto es que por acá le conocemos como None, por sus legendarias intervenciones a la hora precisa a pesar de nunca llevar reloj consigo.

Ha cubierto guerras, revoluciones, conflictos, hambrunas, epidemias y sequías por todo el mundo. 

Esos grandes acontecimientos le han permitido ver y comprender el porqué de tantas cosas que no eran visibles en la tranquilidad de la vida cotidiana.

Con su inagotable curiosidad, hija de una inteligencia superior, nos ha legado para siempre su hora comprometida, la hora del None, que es la hora de la Verdad.

Su trabajo exige paciencia, disciplina y método. En el momento decisivo e inaplazable, desnuda los hechos, los despoja de toda impostura y maquillaje dejando al descubierto motivos reales, intereses, razones ocultas y visibles. 

Meticuloso observador, ha salvado a muchas verdades de una muerte segura a manos de la propaganda y de las noticias falsas. Sus reportes desde el terreno, en vivo, memorias hoy, serán el libro, el documental y la serie televisiva de mañana.

En esta labor ha contado con la ayuda inestimable de Internet y de las redes sociales para liquificar la verdad y colarla por los entresijos de la censura.

Mientras haya None entre nosotros, periodistas, cineastas. historiadores, politólogos y ciudadanos, la verdad será siempre una posibilidad.