¡Miremos hacia España!

23-08-2025
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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No hace mucho tiempo que el ministro de Medioambiente puso al presidente Abinader a reforestar la frontera con flamboyanes. Lo anunció el jefe de Estado con bombos y platillos como si se tratara de un gran acontecimiento.

No hubo quien les dijera al ministro y al presidente que estaban anunciando un disparate. Porque, más allá de adorno en algún jardín más o menos amplio, el flamboyán no sirve para nada.

Ni como madera, ni como alimento para aves o ganado, ni como captador de agua ni es una planta nativa o endémica, además de que es buen huésped de plagas como el comején.

Ni el ministro ni el presidente de la República se asesoraron con especialistas en la materia antes de anunciar el disparate y eso habla de cómo andan las cosas en nuestro país.

Que estamos gobernados por personas que van de una improvisación a otra; que creen que los técnicos y científicos pueden ser sustituidos por cualquiera y que se atreven a hacer anuncios tan peregrinos como el señalado.

Así las cosas, no es de sorprendernos que el medioambiente dominicano vaya de mal a peor, sin defensores y sin programas de prevención y vigilancia que funcionen.

Ocoa es un caso. Allí no hay quien detenga la deforestación hasta en los lugares más insólitos para siembra de aguacates.

No hay quien diga que no se puede sustituir el bosque productor de agua con aguacates consumidores de agua porque la provincia pronto se secará y por eso tampoco hay quien detenga la tumba  y quema.

¿Es que no sirve de nada la experiencia que está viviendo hoy España con los incendios implacables?