Mensaje a la ADP
Eduardo Hidalgo y la corriente Eugenio María de Hostos ganaron ampliamente las elecciones en la Asociación Dominicana de Profesores.
Como se sabe, los partidos de la coalición gobernante en nuestro país, sumaron esfuerzos para impedirlo.
Hicieron lo indecible, pero no lograron. Sufrieron una derrota que ellos mismos califican de humillante, inesperada e inoportuna.
El temprano malestar nacional, familiar y magisterial con las políticas gubernamentales tuvo la oportunidad de expresarse. Y los maestros y maestras lo hicieron con un mensaje claro y contundente de hastío y rebeldía.
El ministro de Educación, dirigente por muchos años de la ADP, los ha defraudado. ¡Uno de los suyos!
Equivocados, maestros y maestras pensaron que este señor añadiría nuevas conquistas a las ya logradas en el gobierno de Danilo Medina.
Y ha sucedido todo lo contrario: las conquistas de maestros y alumnos que ha podido revertir, las ha revertido o va camino de revertirlas.
Si nadie le pone freno continuará el ultraje a maestros, maestras, las crueles cancelaciones a conserjes y personal administrativo, la exclusión de proveedores tradicionales del almuerzo escolar, la suspensión del PAE fronterizo y rural que afecta a 100 mil alumnos y la falta de mantenimiento a las escuelas.
El mensaje desde las urnas a los nuevos dirigentes de la ADP parece claro: detengan el retroceso y empujen por mayores avances en la Educación pública.
No soy quien para sugerir caminos a un veterano líder como lo es Eduardo Hidalgo. Sabrá que tan pronto inicie su gestión, los perdedores provocarán para intentar dañar su reputación, fracturar su relación con la sociedad y culparle de echar a perder el año escolar.
La ADP tiene larga historia y memoria de éxitos y fracasos y ahora el tremendo desafío de encarnar la razón de millones de dominicanos.
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