A la subestación incendiada le hacía falta mantenimiento. A la turbina de Punta Catalina por igual. Ni hablar de los vehículos del Programa de Asistencia Vial.

En hospitales públicos, denuncian los usuarios, es frecuente la falta de insumos. A las escuelas les faltan butacas y profesores. Al Metro no le sirven el aire ni las escaleras.

El Programa de Medicamentos de Alto Costos no da una aspirina. Los préstamos al sector agropecuario no llegan a los pequeños productores, como no llegaron cientos de millones de pesos succionados en el fraude Supérate.

Detenidos están los planes de Alfabetización y Reforestemos Quisqueya. Obras Públicas pinta los baches de las calles en la ciudad, en lugar de asfaltarlos.

La inversión pública está presente fundamentalmente en los discursos. A las provincias no llega.

Pareciera que a todo le falta mantenimiento. Incluso al Gobierno, que renuncia al «manteni» y solo aplica el «miento».