Las difuntas

21-07-2022
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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Eran mujeres jóvenes, llenas de vida y sueños para ellas, sus niños y niñas.

Se llamaban como cualquiera de nuestras amigas o familiares, Juana, María, Carmen o Lidia.

Duele hablar de estas difuntas porque retratan lo más brutal de este modelo de propiedad privada, patriarcal y violento que las mata o las mantiene muertas en vida.

Cada año contamos decenas de mujeres víctimas del feminicidio, como si contar fuera un juego de barajas.

En lo que va de este año, 44 mujeres han muerto por feminicidio, casi 6 mujeres cada mes, más o menos 2 mujeres muertas por semana.

No bastan los pésames de funcionarios, la rabia ha de salir de las entrañas solidarias. 

Aquí no hay filosofía que valga, casi la totalidad de esos crímenes se podían evitar con prevención, educación, cárcel dura para los machos violentos y mayor inversión en Políticas Públicas que protejan nuestras mujeres.

De nada sirven los talleres de análisis y las declaraciones al viento, esta sociedad anda podrida en materia de seguridad y derechos para nuestras mujeres y niñas.

En cada niña o joven violada, en cada mujer amenazada y llena de miedo, sin un estado que las proteja y defienda hay una declaración de maldad cómplice.

Por cada una de estas difuntas hay un pedazo de patria que se muere, en cada mujer que teme por su vida el país está en riesgo.

La violencia las corteja, la muerte acecha y la indiferencia política y social las deja sin protección, porque casi siempre son pobres y anónimas.

Si queremos tejer la palabra Patria con sentido de mujer, estamos todavía a tiempo de trabajar para cortar de raíz esos patrones patriarcales y violentos que matan nuestras mujeres.

Las queremos vivas y llenas de alegría

¡Ni una más, por Dios!