Las cosas en su lugar

01-11-2022
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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En Brasil, como tantas otras veces en la historia, fuerzas sociales con intereses distintos y a veces enfrentados, lograron en las elecciones del domingo una salida al desastre que condujeron las acciones populistas de derecha, primero de Temer y luego de Bolsonaro.

Se entendió que solo un líder popular como Lula, con un partido fuerte como el PT, tendría la capacidad de manejar una situación tan difícil y compleja como la que vive hoy Brasil.

Como ocurrió entonces con Adenauer (creación RFA) y De Gaulle (crisis colonial), con Felipe González (Transición), Mario Soares (Revolución de los Claveles), Oscar Arias (TLC) y Nelson Mandela (Apartheid).

Anteayer ocurrió con Lula. 

Su victoria se vio venir desde su excarcelación y eliminación en cascada de los cargos en su contra.

Y es que los capataces Temer y Bolsonaro fueron más lejos que la tarea encomendada, acercando temerariamente a Brasil al acantilado del colapso sanitario, medioambiental, de producción y demanda de bienes y servicios.

Un daño enorme con el que Lula habrá de lidiar con posibilidades resolutivas limitadas.

Es oportuno advertir también que la victoria de Lula no significa que los populistas de derecha estén derrotados. Tienen fuerza legislativa, mediática y militar para “impedir” cualquier desvarío retaliatorio o intento de Lula de revertir medidas “esenciales” tomadas por Temer y Bolsonaro.

Inteligencia, comunicación y sentido común necesitará el gobierno de Lula.

Ilusión y ganas le sobran.