«…por el momento lo más importante es tratar de llevar el embarazo a término».

La prioridad de la doctora de Valverde tiene ya plan de parto. 14 años, violada y obligada a parir. No camina por sí sola, no habla, no sabrá nunca qué ocurre en su cuerpo.

«Presenta una parálisis cerebral, con contractura de los músculos de las piernas, anquilosis de los huesos de las piernas, contractura de los músculos de los brazos, por lo que lógicamente es una paciente que no puede ni movilizarse ni hablar, ni nada prácticamente».

Dramático, doloroso y grotesco. Un nuevo caso de sometimiento, de injusticia «provida». Que vaya a tener preeclampsia o desprendimiento de placenta no cabe en el término y sus preocupaciones, lo importante es el feto. Los «valores de la familia dominicana» vienen casi siempre con cartilla antiderechos.

Sigue doliendo la ausencia de educación sexual y de empatía. Las niñas y mujeres dominicanas siguen sin dolientes. En el país donde dos de cada diez niñas están o han estado embarazadas, donde dos de cada cinco mujeres son víctimas de violencia intrafamiliar o de género, seguiremos viendo casos como estos.

Enseñarle a los niños y niñas que nadie debe tocarlos y cómo encontrar ayuda si alguien lo hace, es «ideología de género», porque muchos no se detienen a pensar en el impacto en la salud, en los desafíos emocionales y las perspectivas de futuro para los menores y sus familias.

Seguiremos llorando de pena y rabia por casos como este. Porque esta niña es la más reciente, pero con seguridad, lastimosamente, no será la última.