La estrategia de generar un caos para luego presentar la solución es vieja y consabida.

Las policromáticas situaciones creadas por el Gobierno resultan ser fichas de ajedrez, como un alfil o una torre, que son puestas a la vista y sacrificadas para, de manera subrepticia, convertir a un peón en dama.

Lo más reciente es un lío de huevos. Prohibió el Gobierno de forma inconsulta la exportación de huevos hacia Haití para evitar, mire usted, el aumento del precio de este producto.

Tras varios días de cacareo del tema en la prensa, el Gobierno se reunió en Palacio con los productores -lo que debió pasar desde el principio- y anunció, entre otras medidas, el aumento de la producción para estabilizar el precio.

Pero, ¡Vaya coincidencia, amigos míos! El anuncio ocurre la misma tarde en que el mismo Gobierno y sus legisladores aprueban en el Congreso un maltrecho Fideicomiso, que entre otras perlas, como denuncian grupos ambientalistas, entregaría 6.2 millones de metros cuadrados de Áreas Protegidas al proyecto de desarrollo turístico de Pedernales.

El problema de los huevos, solucionado. El HUEVO GRANDE nos queda en Pedernales. Todo esto mientras el pueblo duerme plácidamente, a la sombra de un laurel.