Dice el pueblo que quien no sabe para dónde va ya llegó y eso le ocurre al gobierno PRM-Adivinaver. Su plan y norte parecen ser los beneficios que consiguen del ejercicio del Poder los dirigentes perremeistas devenidos en funcionarios y sus respectivos grupos de negocios, fideicomisos incluidos.

Así se pasea el mandatario sobre la huella de las obras heredadas del presidente Medina y el PLD: del metro al teleférico de Santo Domingo Oeste y Este; de Domingo Savio al palazo en tal o cual resort recibido en carpeta y de ahí al cacareo del crecimiento del PIB que antes tanto criticó, y pronto lo veremos en la circunvalación de Baní o en la presa de Monte Grande, obras que recibió en un cincuenta por ciento.

Quizás para no andar más sobre esa huella suspendió la expansión del 911, detuvo la terminación de escuelas recibidas a punto de entrega, frenó la ampliación de RD VIAL, desmanteló la jornada escolar extendida, paralizó la construcción de estancias infantiles, suspendió el Plan Nacional de Alfabetización, atajó la remodelación de hospitales…

Para colmo, no ha sabido enfrentar la inflación criminal que engulle los ingresos familiares; no ha pensado dos veces en desabastecer las Farmacias del Pueblo y recortar ocho mil millones al presupuesto de Salud, ni en regalar permisos de importación para quebrar productores, importar más inflación y regresar la corrupción a Agricultura…

Frente al descalabro, el recurso del gobierno es perseguir aún más al PLD y al presidente Medina.Cree que así conjura al fantasma que lo persigue, a su falta de norte y a su incapacidad para seguir un plan.

Mientras, el país es un barco que pintan bonito en sus fieles medios de comunicación. Un Titanic impresionante pero en rumbo ineluctable hacia la trágica colisión.