Volvieron los pica-picas a las instituciones públicas. Eran una especie casi extinguida, pero el Gobierno, en su pro-actividad, ha conseguido desarrollar un programa de reproducción genética, con el cual los ha multiplicado de forma exitosa.

Hoy, las manadas pastorean libremente, no sólo en las afueras de instituciones, también en los pasillos internos. Con sus icónicas frases “Mi patrón, tamo aquí”, “Eso yo se lo resuelvo”, “Eso yo lo muevo” y otras tantas, aseguran tener a alguien adentro (y es cierto), con  quien todo lo solucionan.

Afuera hay siempre un berenjenal, un pleito por turnos, gente que llega a las 6:00 de la mañana y a las 4:00 de la tarde no ha resuelto, una fila deformada, que nadie sabe dónde comienza ni donde termina… ¡Un caos!

Los ciudadanos viven en carne propia la proactividad del Gobierno, rey Midas a la inversa, pues todo lo que toca lo vuelve un desastre.

Dijo el presidente que enfrenta los problemas, que no huye, como no huyó despavorido a la hora de impulsar las 3 Causales que prometió aprobar en campaña.

Mientras el Gobierno insista en decir que todo está bien, que estamos mejor que antes, no habrá problemas.

A la gente poco le importa la realidad que vive. Más sentido y valor tienen las palabras huecas. Con eso se come, pensará el Gobierno.