Fueguitos
En pocos días el presidente Abinader llega a su segundo año de mandato.
El tiempo vuela y parece que se le agotan las posibilidades de seguir acusando las gestiones pasadas, prometiendo de todo y realizando poco.
En muchas áreas vitales de la economía y las sociedad tienen fueguitos encendidos que parece el presidente no puede o no quiere apagar.
La agropecuaria va en declive, crecen las importaciones a tasa cero, pero sus beneficios no se reflejan en los precios de la canasta básica.
La salud es un acertijo, desde el gobierno dicen una cosa y la población se queja por carencias básicas en los hospitales.
El sector eléctrico ha sido un real desastre, crece el déficit de las Edes, Punta Catalina en deterioro, paran licitaciones de generación sin dar explicaciones, mientras la realidad es que la población está harta de tarifa cara y apagones.
El año escolar que cerramos fue una perdida en cantidad y calidad de la inversión frente a los resultados.
El próximo año escolar peligra, hay líos en el Ministerio de Educación, lo del INABIE da vergüenza, sobre todo porque pone en riesgo la alimentación escolar de más de dos millones de estudiantes pobres.
Sume a eso los conflictos por lo bajo en el gabinete, las grietas con una parte del sector privado y aderece con el tema de la reelección lanzada y en camino.
Son muchos fueguitos que el mismo gobierno enciende y provoca por ineptitud, si se juntan con el fuego que nos viene producto de las crisis que vive el mundo, puede que se vuelvan inmanejables y quien sufrirá será la población.
El presidente debe recordar que llegó al poder con un discurso y promesas de cambio, que este pueblo no quiere ni necesita un Gobierno de pirómanos.–
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