Finalmente llegó
Creando miedos, sobresaltos y sustos, como todas las pesadillas, el PRM (antes PRD) volvió al poder en la República Dominicana.
Con ellos regresaron los buscones en las instituciones públicas, la pérdida de empleos y las pestes.
Cambiamos los procesos de pagos digitales por pagos con cheques. Cambió la luz 24 horas por apagones.
Cambiamos de funcionarios capaces a una mayoría desconocedora de sus instituciones y funciones.
El cambio ha sido del sosiego al caos, del control al desmadre.
Del respeto al derecho de los trabajadores a cancelaciones masivas sin prestaciones laborales.
De políticas de apoyo social a la eliminación y retraso en la entrega de subsidios.
Cambiamos del respeto a lo risible, de control de la sanidad animal a destrucción de estos programas que garantizaban, por ejemplo, que la Peste Porcina Africana no entrara al país.
Se cambió de un sector agropecuario productivo y seguro al olvido, a la quiebra de proyectos de pequeños productores, a la falta de atención y de recursos.
Cambiamos a que usted, como consumidor, tenga que pagar 100 pesos por una libra de pollo, si es que aparece, y a dos pollos por comprador.
De un cruce de nóminas permanente, pasamos a personas cobrando en dos instituciones públicas. Del mantenimiento constante a vías, a túneles sin iluminación.
De licitaciones y sorteos de obras transparentes, el cambio nos trae excepciones de proveedores únicos que violan la ley de Compras Públicas.
Degradación, pensionados esperando meses para cobrar, pacientes sin medicamentos de alto costo, el 911 y la seguridad vial por perderse, instituciones con funciones que no les corresponden, iniciativas que funcionaban totalmente desmontadas, anuncios de ahorros que no son tal cosa, violaciones a las leyes en mil y una formas, más endeudamiento, mentiras y cinismo de sobra.
Mientras haya tiempo para picnics en jardines del Palacio, para publicaciones institucionales con «sabrosura» y plumas silenciadas con el presupuesto nacional, todo marcha bien.
No deberíamos ver tantas quejas. El cambio, deseado por muchos, finalmente llegó.
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