Eso nunca se hubiera visto
El asombro, desconcertante siempre, incomprensible a veces, tiene peculiares maneras de expresarse en el habla popular dominicana. Una de tantas es “eso nunca se hubiera visto”.
Son reacciones del pueblo ante hechos y decires inimaginables que contravienen el sentido común, rompen los llamados popularmente “esquemas” y provocan “fallos en el sistema” al no poder procesarlos a la velocidad o desfachatez que ocurren.
“A mi nada me sorprende”, escuché decir a un joven en una heladería y el sorprendido fui yo porque no me lo esperaba. No lo culpo: las cosas suceden con mayor desparpajo y rapidez que las horas, los días y los meses.
Taxis sin chofer, puertos con grúas sin operarios, aviones sin pilotos, gracias a tecnología 5G.
Misiles hipersónicos que vuelan a 8 y 9 veces la velocidad del sonido, guerra electrónica, guerra en Ucrania en vivo por streaming. Decenas de miles de millones de dólares, euros y rublos gastados en una guerra que son necesarios para el bienestar de sus pueblos.
Millones de personas que teletrabajan, millones de metros cuadrados de oficina vacíos en grandes ciudades.
Baja la inflación con iguales precios altos; baja la inflación, suben las tasas de interés de las hipotecas.
Eligen un gobierno socialdemócrata en Chile para tener una nueva constitución y los chilenos escogen una mayoría de extrema derecha para que lo redacte.
Escasea el agua, depredan montañas y ríos; se logra 85 % de seguridad alimentaria con apoyo a la producción agropecuaria, se fomentan las importaciones y vuelve la inseguridad alimentaria.
Nada más asombroso que el absurdo.
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