En tan sólo seis meses
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Las palabras lo pueden todo. La lengua no tiene hueso, dicen. Seguir en oposición siendo gobierno es todavía un recurso. Pero los hechos son brutales. De lo sublime a lo ridículo sólo median seis meses. Y una pandemia.
Hacer oposición era un cachú. Y de la mano de Pompeo, más. Era fácil ir de perdonavidas y subvencionado por la plaza. Hace un año, hasta suspender elecciones podían. Arreglamos después con la OEA. La demagogia era todo y el pueblo hasta la compraba incapaz de valorar lo que tenía.
Seis meses después, el mito se desvanece y queda la tragedia. La fórmula de Ito, puro mito. No en balde ahora es “Mito Bisonó”. Jeringuillas de 5 a 25 y lo que aún no se sabe. Miles de millones en compras de emergencia con procedimientos opacos. Como si el dinero cayera como hojas de los palos. Nóminas abultadas cientos de veces se comen el mito del Estado chiquito. Suspensiones y cancelaciones de ministros y funcionarios de todos los rangos no son muestra de intransigencia, sino de la desvergüenza. Violaciones sexuales silenciadas con millones; uso indebido de fondos, nepotismo descarado, atropellos sin cuento contra trabajadores y empleados honestos y capacitados… y, como si todo fuera poco, el huracán devastador de la inflación que se traga los ingresos de unos y condena al hambre a otros. Catálogo amargo a sólo seis meses de un vendaval pautado a cuatro años.
Seis meses después, no se ha avanzado una sola iniciativa que no sea resultado de planes exitosos heredados de la pasada administración. El Pacto Eléctrico que no quisieron firmar en la oposición ahora los delata. No le modificaron una coma. Hasta el teleférico comenzado hace casi dos años se vuelve a anunciar con bombos y platillos.
La decepción no puede ser mayor y la mofa campea por las redes y las esquinas. Es fiel compañera de la improvisación y la ineptitud. Claro queda que no hay justicia, sino circo y vendetta y que el objetivo es repetir el guion de Brasil. Destruir la oposición al costo que sea.
Increíble que pueda ocurrir tanta decrepitud en tan sólo seis meses.
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