El pueblo no come turismo
¿Come el pueblo turismo? No. El pueblo come carne, víveres, arroz, habichuelas, y no hay manera de que dominicanos pobres y muy pobres se encuentren hoy con esos alimentos.
Y muchos dominicanos y dominicanas de la clase media que aún tienen acceso a ellos pasan las de Caín para llegar a fin de mes.
Buena parte de ellos y ellas están endeudados hasta el gollete, dependiendo de sus tarjetas de crédito, pagando mora y altos intereses mientras el gobierno nos vende espejitos.
Para vendérnoslos dispone de miles de millones de pesos de los bolsillos del propio pueblo dominicano.
Páginas de periódicos, televisión, cines, redes sociales y un ejército bocinas pagados por el gobierno en propaganda mientras los problemas se comen a la gente.
La inflación galopa con las importaciones y el abandono de la producción nacional, con los préstamos sin misericordia que toma el gobierno y con la depreciación de nuestra moneda. Porque, como explicaba Bosch, no es el dólar que sube, es el peso el que baja.
Centenares de pequeños y medianos productores y comerciantes han sido quebrados por el gobierno. El presupuesto nacional convertido en botín. Arrabalizadas las instituciones, y el gobierno quiere tapar el desastre con un crucero atracado en Pedernales.
Un crucero que es puro bulto. Que no ha dejado un solo peso al país, pero que nos ha costado no sabemos cuántos millones, porque no fue de gratis que vino a atracar el crucero.
Detrás del espectáculo, un verdadero crimen para promover los negocios de los socios del PRM y del gobierno.
El pueblo no come turismo. Y, lo que es peor, cuando no se hace como se debe, el turismo se come al pueblo.
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