El arte de hacerse el loco
Hacerse el loco o el desentendido es un arte que muchos han perfeccionado, incluso a los más altos niveles.
Si a mí como jefe se me fuera de las manos el precio de los alimentos, haciendo que por mis medidas la gente comiera menos y peor. Si en cada medida que tomo, se reflejara la incapacidad con la que intento dirigir el Estado.
Si fuera mía la responsabilidad del desastre educativo, institucional y migratorio que vive el país.
Si estuviera entregando el agua, el aire y la vida de la gente de las provincias.
Si el atraso y destrucción de lo encontrado y de los servicios fueran mi carta de presentación.
Si después de criticar tanto los préstamos, yo aumentara la deuda a un ritmo preocupante y vertiginoso.
Si no fuera capaz de ilusionar a la gente con un futuro prometedor…
Yo también diría que no entendí lo de ser “mucho pico y pala, y poca tijera”.
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