La fiebre porcina africana entre 1978/79 provocó el sacrificio de toda la población porcina del país. Este virus está circulando de nuevo desde 2016 y en 2019 arrasó en Asia y toda América estaba en alerta para evitar otra epidemia.

Pero de nada sirvió que los productores pidieran ayuda y hasta por las redes denunciaran la mortandad. Y los expertos dieran la voz de alarma. Ya era tarde.

El virus de la PPA es un Asfovirus de ADN y, aunque no se contagia a los humanos, es muy contagioso y persistente en el ambiente y la carne no debe ser consumida por el riesgo de gastroenteritis.

El sacrificio de todos los cerdos fue un trauma en las zonas rurales. En 2010, durante la Pandemia de la influenza A H1N1, llamada gripe porcina porque tenía un componente del ARN porcino, la gente confundida estaba sacrificando sus animales porque creían era la PPA.

Las zoonosis son enfermedades que se transmiten entre animales y humanos como la leptospirosis, por ejemplo, pero no es el caso de la PPA. La educación y orientación de la población son fundamentales en estas crisis sanitarias y más en medio de una Pandemia. No nos contagiamos, pero ocasionará grandes pérdidas a los productores, a la economía y ciertamente afectará la soberanía alimentaria, aunque nos digan lo contrario.