Donde pone el dedo, pone el descalabro
La foto es elocuente. Un collage que muestra un antes y un después. Medio galón de aceite antes: 140 pesos. El mismo producto hoy: 415. No era necesaria una tercera foto que dijera: “Los verdaderos ladrones”. Que son quienes primero despojan al pueblo de la verdad, para después despojarlo de todo. Incluida la estabilidad de precios.
El rosario del despojo es largo.
Prometiendo más seguridad nos robaron la que teníamos en precios y producción garantizados.
Con la seguridad ciudadana dizque resolvían con el “plan” Giulliani. Se aparecieron con Duque. Usted dirá cuál es peor. A casi dos años, más promesas. Pura improvisación.
¿La verdad? Cuando se estropea la calidad de vida, la seguridad ciudadana es un sofisma.
En educación nos robaron el INABIE, la jornada extendida con su Plan de Alimentación Escolar de calidad, el Plan Nacional de Alfabetización y casi todo lo logrado.
En agricultura se ha robado a pequeños y medianos productores su derecho al financiamiento oportuno, asequible y suficiente y el estímulo a la producción se sustituye por la importación. Negocio multimillonario para unos pocos.
Al pueblo le robaron también el 911. Eso no es para pobres, dicen los jefes ricos del cambio.
Así las cosas, el verdadero ladrón, y con mucho, ha sido “el cambio”. Y es preciso decirlo con todas sus letras y con la responsabilidad y el encono necesarios.
El cambio es una bomba de fragmentación: donde pone el dedo, pone el descalabro.
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