Nacen con una condición especial. Los abandonan a su suerte y a las puertas de cualquier sitio.

En febrero del 2014, en pleno trabajo, los testimonios desgarradores, la inocencia y la indefensión de tantos niños me hicieron repensar hasta en cómo vivía. Danilo fue a visitarles en el proyecto Casa de Luz.

“Vivían” en un primer piso casi cayéndoles encima y a medio construir.

Tras esa visita sorpresa, se construyeron las dos plantas, recibieron un autobús para trasladarlos a sus terapias y apoyo para la contratación de médicos, enfermeras,  personal de limpieza, seguridad, choferes, entre otros. Recibían alimentos y medicamentos, a través de Comedores Económicos y Promese- CAL, respectivamente.

Y ahí también ha cambiado todo. Una nueva desgracia para los casi 50 niños bajo los cuidados del centro.

Al pastor Kurt Holthus, fundador de Hope International, lo ahoga el llanto y la desesperación mientras clama por ayuda para estos niños con Parálisis Cerebral, Síndrome de Down y Autismo severo.

Transcribo algunas de sus palabras del video que les comparto.

“En cualquier parte del mundo, cuando hay un cambio de gobierno, hay un cambio de servicios para aquellos en necesidad desesperada. Ese cambio ha ocurrido aquí, en República Dominicana”.

“Casa de Luz ha perdido todo el apoyo del Gobierno. Cuidar estos niños es importante”.

“Necesitamos ayuda, necesitamos que nos ayudes a nosotros a ayudarlos a ellos. Toda la medicina que recibían, la cortaron. Toda la comida que recibían para alimentarlos, fue cortada”. 

Además de las desgracias por las que han atravesado en sus cortas vidas, le agregamos el olvido inmisericorde y la indolencia de un gobierno que no los mira, que no les ve como importantes, que los despoja de comida y de dignidad.

¿A cuántas desgracias más los van a someter?