De lodos cloacales a rockash y barcazas de la muerte

04-09-2023
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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En agosto del 2020, cuando tomaba posesión el actual gobierno, los ríos Ozama e Isabela estaban en franca recuperación para el disfrute de la ciudadanía.

Creada a propósito del plan, la Unidad de Readecuación de la Barquita y su Entorno (URBE) manejaba todo el proyecto.

Se había retirado el desguazadero de barcos que contaminaba el río Ozama y tenía fecha de salida la planta flotante de Seaboard que tiene décadas allí.

Se había realizado el traslado de los residentes de La Barquita a casi dos mil apartamentos construidos en La Nueva Barquita.

Se había iniciado el proyecto de adecuación de los sectores del Domingo Savio y se había construido en La Zurza las plantas de colección y tratamiento de las aguas de casi todos los barrios de la parte norte de la Capital; proyecto único en el área del Caribe que el “cambio” tiene abandonado.

Instalados Abinader y su “cambio” en el poder, abandonaron el proyecto de recuperación y descontaminación del Ozama e Isabela y, para proclamar su nuevo código ambiental, instalaron sin licitación dos barcazas en Los Negros, de Azua, que contaminan aquella zona protegida por Ley, pero favorecen los negocios de los nuevos socios del gobierno en aquel lugar.

La complicidad del Ministerio de Medioambiente en todo este daño es indignante. Los ayer críticos de la supuesta contaminación de Punta Catalina hoy callan frente al desastre en Los Negros, el abandono del Ozama y la desprotección ambiental.
Pero no es para sorprendernos.

Quienes nos gobiernan hoy son los continuadores de aquéllos que querían depositar lodos cloacales en Oviedo en los años 80 y depositaron toneladas de rockash en Samaná en su gestión del 2000-2004. Los mismos siempre dispuestos a cuanto negocio turbio que pueda presentarse.