“Y sin embargo te quiero” es una hermosa copla que aprendimos a querer con las formidables interpretaciones de Toña La Negra y Concha Piquer. Sus primeras estrofas dicen así:

Me lo dijeron mil veces

Y yo nunca quise poner atención

Cuando llegaron los llantos

Ya estabas muy cerca de mi corazón

Te esperaba hasta muy tarde

Ningún reproche te hacía

Lo más que te preguntaba

Era que si me querías

No debería de quererte

Y sin embargo te quiero.

Algunos políticos europeos, venezolanos y dominicanos deberían escucharla; podría ayudarles a gestionar su relación con EE.UU., un amor difícil y sin embargo, el amor de su vida.

De acuerdo a POLITICO, medio de comunicación de EE.UU., funcionarios y parlamentarios europeos se quejan por la falta de lealtad, sinceridad y consideración de su aliado EE.UU. por la  Ley de Reducción de la Inflación  y los elevados precios del gas natural licuado que vende a Europa.

En términos parecidos se expresaron políticos opositores en Venezuela, “decepcionados, consternados y sorprendidos” por los contactos de la administración Biden con el gobierno de Maduro que procurarían mayor seguridad energética a los EE.UU.. 

También se han pronunciado recientemente funcionarios y políticos de la coalición gobernante en República Dominicana por planteamientos estadounidenses sobre la cuestión migratoria haitiana que exceden lo razonable.

Almas rotas que penan su desconcierto en el cante jondo de un bolero.

Habrán de saber estos señores que los Estados vulnerables económica y militarmente procuran ser hábiles en la negociación; tener claro lo que quieren y pueden defender; anticiparse con propuestas y contrapropuestas inteligentes porque, de lo contrario, corren el riesgo de tener que comprometerse con soluciones inesperadas e indeseadas.