El pulso de la economía estadounidense envió una señal de alarma cuando se publicó la cifra de desempleo. Subió al 4.3 %, retrocediendo a los niveles post pandemia de finales de 2021.

La creación de empleos se desplomó: apenas 22 mil nuevos puestos en agosto, cuando se esperaban 75 mil. Es un ritmo de crecimiento laboral que no se veía en 15 años. Tan débil que llevó a Trump a despedir a la comisionada de la Oficina de Estadísticas, acusándola de manipular los datos.

La historia se complica más cuando ésta Oficina, revisa las cifras de abril 2024 a marzo 2025. Estados Unidos realmente creó 76 mil empleos mensuales, y no los 147 mil que se habían reportado originalmente. Estas cifras son especialmente importantes porque revelan que se ha ralentizado el consumo, la inversión y el crecimiento económico.

Por eso, se preveía la decisión que tomó la Reserva Federal, el 17 de septiembre: bajar los tipos de interés un cuarto de punto. Primera bajada en nueve meses, después de una fuerte presión por parte de Trump.

Una medida para oxigenar una economía que muestra signos de asfixia.

Afortunadamente, mientras la economía estadounidense titubea, la diáspora dominicana sigue siendo un pilar inquebrantable, tejiendo la red de seguridad social más efectiva que conocemos.

Entre enero y agosto de 2025, República Dominicana recibió US$7,921 millones en remesas, un 11% más que igual periodo del año anterior.

Ese dinero, enviado en su mayoría desde los Estados Unidos (80%), llega principalmente al Distrito Nacional, Santiago y Santo Domingo, como un salvavidas económico, teniendo el potencial impacto de reducir la pobreza monetaria en 2.7 puntos porcentuales, según estudios oficiales.

Estemos atentos al impacto de la decisión de la Reserva Federal en la política monetaria del país y en el flujo de las remesas que envían los dominicanos desde los Estados Unidos.