Desde el 31 de enero esperamos el sometimiento a los culpables de los fuegos que arrasaron más de cien km cuadrados en el Parque Nacional Sierra de Bahoruco. 

Varias veces hemos reseñado la rica biodiversidad que allí habita. No hay multa que pague lo que cuesta restaurar la funcionalidad a esos ecosistemas únicos en el Caribe y quizás en todo el Atlántico. Crímenes recurrentes que lejos de disminuir han aumentado.

Lo mismo podemos decir de la extracción de agregados de los ríos y de las Dunas de Baní. Se incautan materiales, camiones y maquinarias, pero los procesos judiciales no parecen prosperar ni terminar en sanciones ni en condenas visibles. 

Y para los ecosistemas lo mismo pasa: ¡el daño ya está hecho! Y las multas y sanciones si son recaudadas, no se reinvierten en las cacareadas restauraciones aún sin planificar. 

Los ríos, bosques y ecosistemas no se restauran con vídeos ni discursos sino con protección y prevención reales.

Aún esperamos el sometimiento al coronel que saqueaba las dunas como prometió el ministro en un programa hace más de una semana.

El último crimen fue en la Reserva Científica Quita Espuela que además es área Aica 0013 para las aves. Un conflicto desde 2015 que había sido mantenido a raya con varios sometimientos en 2019 y 2020, pero ahora los infractores logran hacer el tramo de la carretera y desmontar un área ribereña. 

Al menos en este caso, gracias al INSAPROMA y a Luis Carvajal de la Comisión Ambiental de la UASD, el proceso judicial fue correctamente encausado y esperamos ver a los criminales pagar ante la sociedad. Pero, el daño está hecho.

El Ministerio debe cumplir con su misión de proteger nuestra biodiversidad y recursos naturales y para eso, insisto, necesitamos prevención y vigilancia, menos propaganda y más trabajo.