Contra las cuerdas
Charlie Chaplin y Buster Keaton nos regalaron hace ya un siglo insuperables imágenes, hilarantes e inolvidables, del absurdo del boxeo.
No dejo de recordarlos viendo las actuaciones de los gobiernos europeos frente a la crisis energética que ellos mismos se han creado y, en particular del gobierno alemán, dirigido desde diciembre del año pasado (hace 7 meses) por una llamada “coalición semáforo”, de rojos socialdemócratas, verdes ambientalistas y amarillos liberales.
Desde hace poco circula en ese país un cartelito educativo titulado así: “Si quieres enfurecer a Putin, lávate sólo estas cuatro partes de tu cuerpo”. Más abajo, el leitmotiv: “El agua también debe ser economizada para la libertad”. La imagen, una ilustración de una figura masculina con una bandera ucraniana en la mano derecha indica las mencionadas partes: axilas, ingle, trasero y los pies. Se excluye cara, boca, cuello y orejas.
¡Ya usted sabe!
Este verano con temperaturas infernales en toda Europa, sería las delicias de cualquier Jean-Baptiste Grenouille, personaje parido en las inmundas pescaderías del rio Sena del siglo XVIII y enorme sufrimiento para los dominicanos (acostumbrados a bañarse más de una vez al día) ir a tomar unas cervezas en un bar de Berlín o confundirse en la multitud de un vagón del U-Bahn, que es como los alemanes llaman al Metro.
¿Cómo hubieran llevado al cine Chaplin y Keaton las ocurrencias de gobiernos zarandeados, contra las cuerdas?
Hacen falta, de verdad.
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