Coctel peligroso para un Gobierno ya viejo

21-02-2022
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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La economista Mercedes Carrasco tuiteó recientemente, y en términos muy apropiados, un dato dramático: “Desde que inició la pandemia a la fecha, la inflación acumulada que está soportando la familia dominicana ya asciende a 16.2%. Alta inflación corroe la capacidad de compra de los salarios y en ausencia de políticas públicas de mitigación, significa hambre, desnutrición y pobreza”.

Quiere decir que de cada cien pesos perdimos dieciséis con veinte centavos. Pero la realidad es peor.

La eminente economista evalúa dos años, pero la tragedia tiene año y medio. Con desmonte de programas sociales. Abandono de los pobres. Privilegios para ricos (concesiones, privatizaciones, pensiones privilegiadas…). 

Por otro lado, una gestión caracterizada por endeudamiento, improvisación, reforma fiscal disfrazada, fideicomisos por pipá, abundancia de discursos y escasez de soluciones.

En año y medio, cientos de miles quedaron desempleados por razones políticas. Otros, por la pandemia y la incompetencia.

Micro, pequeños y medianos emprendedores abandonados. Banca Solidaria olvidada. Pequeños cosecheros quebrados por las importaciones. 

El 27 se acerca con sus cuentas y sus cuentos.

Pero la inflación arremete. De los 84 pesos que quedan de los cien, 80 se van en una libra de pollo. 

El pueblo está sufriendo. El descontento campea. El gobierno pierde autoridad por la indolencia y las improvisaciones.

Desde los memes y los conatos de protesta hasta la indignación en colmados y supermercados y la delincuencia, la violencia social aumenta. La gubernamental, mortifica.

Las promesas de campaña ya se esfumaron. La gente engañada y desengañada al mismo tiempo.

Coctel peligroso para un gobierno que no llega a la mitad de su período y ya es viejo.