Del METRO, la OMSA, los túneles y elevados, los teleféricos y las estaciones multimodales (suspendidas ahora por el PRM) a Punta Catalina, la Nueva Barquita, Ciudad Juan Bosch, Domingo Savio, Riito…

De PROMESE/CAL y las Farmacias del Pueblo, al 911, decenas de centros de diagnóstico, más de 60 hospitales remodelados y la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar…

Del 4% para la educación, la jornada escolar de ocho horas, el Plan de Alimentación Escolar, la alfabetización de casi un millón de personas y las 25 mil nuevas aulas entregadas, a la cualificación del sistema y la dignificación del salario de los docentes…

Del programa de desarrollo agropecuario más abarcador, a las campañas de reforestación más extensas y exitosas de nuestra historia…

De la modernización institucional a la revolución digital que atravesó todo el Estado (Pasaportes, educación, Compras, PYMES, Salud, Seguridad, transparencia…).

El gobierno actual palidece ante la magnitud de una obra semejante.

Ha sido parco el PLD en mostrar y defender sus realizaciones. Conquistas del pueblo dominicano.

Pero la obra está ahí. Imperturbable. Capaz de sobrevivir a los daños que causa la insaciable oligarquía perremeista. Se defiende sola.

Y su instrumento es una organización saludable, de nuevo a las puertas del Poder celebrando cincuenta años de su creación.

Capaz de sobrevivir a las taras de una sociedad pequeñoburguesa y aprovechar al máximo sus virtudes.

La única organización política que, dentro y fuera del Estado, planifica, programa, ejecuta y evalúa, retoma sus pasos y prosigue.

Proeza sólo posible para una entidad política con la estatura, la visión y envergadura de sus creadores: Juan Bosch y el pueblo dominicano.

Es por eso que, cincuenta años después, la obra sigue.