Cibergolpismo aquí y en Venezuela
En febrero del 2020 el sistema informático de la Junta Central Electoral dominicana fue intervenido.
Tales intervenciones, o jaqueos, se realizan desde varios lugares del mundo. El caso de Macedonia es harto conocido. Ucrania ha sido por años territorio de lanzadera de tales embestidas. En Sudamérica también hay plataformas de lanzamiento de ataques cibernéticos.
Lo saben la OEA e instituciones dedicadas a los menesteres electorales y que usualmente terminan siendo cómplices de semejantes maniobras.
Se llama cibergolpismo y es parte del “golpe blando” y de la Doctrina del Shock descrita por Naomi Klein.
En febrero de 2020 el sistema de la Junta Central Electoral fue “bombardeado” y exitosamente desactivado.
Provocada la confusión, inmediatamente vino la andanada de acusaciones de fraude, robo, dictadura, etcétera, por parte del PRM y sus aliados contra el gobierno del PLD.
La operación fue fácil. Ya PLD y gobierno habían sido estigmatizados y acorralados en una campaña feroz nacional e internacional.
Financiada por instituciones nacionales e internacionales, la Marcha Verde se paseaba oronda exigiendo—INCREÍBLEMENTE—la paralización de Punta Catalina y condenando todo lo que ahora calla, nombrados en el gobierno sus más conspicuos dirigentes.
Formaba parte del plan general, como se ha visto en otros países en las denominadas “revoluciones de colores”.
Una llamada del Secretario de Estado Mike Pompeo formaba parte estratégica del guion junto a otros “detalles” (quema de instituciones, provocaciones a la fuerza pública, despliegue de bandas violentas, etc.) que aquí no fue necesario ejecutar.
Ideológicamente ilusos, moralmente desarmados, lamentablemente desmovilizados y eficazmente aislados, PLD y gobierno vieron impávidos cómo se les arrancaba primero el poder municipal y luego el nacional.
Los armadores del golpe electoral de febrero del 2020 fueron pagados inmediatamente se instaló el “cambio”. Uno de los principales—exfuncionario del Departamento de Estado de EEUU—recibió un contrato del gobierno por 600 mil dólares dizque “para hacer lobby” a favor de RD en EEUU. Otros ocupan hoy altos cargos en el gobierno.
El golpe electoral—modalidad de “golpe blando” que vimos en República Dominicana en 2020—se ha llevado a cabo en muchos países y se puso en práctica de nuevo en Venezuela el pasado 28 de julio. Un gobierno prevenido, ideológicamente aguerrido y alerta, lo derrotó.
La OEA y sus aliados, que callan frente al golpe de Estado en Perú y lo apoyaron en Bolivia, Ecuador, Honduras, Paraguay, Brasil… exigen hoy a Venezuela la transparencia que nunca han practicado.
Respeto a Venezuela y a sus instituciones es lo menos que debemos exigir a la OEA, EEUU y sus aliados de golpe electoral. Luis Abinader incluido.
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