Bienvenidos al Estado
Ya hemos visto las diferentes notas. El lado A y el lado B del disco.
La guitarra y el violín. El dije, pero no quise decir.
Los persigue la ignorancia, el ensañamiento y las heridas profundas creadas con intención de llegar y de dañar.
Inexplicable es, por ejemplo, que quien se quejara, por amor y respeto a la patria, de que una vía se detuviera unos minutos para que la caravana presidencial cruzara, no diga nada sobre el cierre total y permanente de una calle completa para un presidente.
Casos y ejemplos hay cientos. A cada uno de ellos, les aparece un tuit para el recuerdo. Antes mal, bravucones de pecho abierto, y ahora el silencio.
Está más que demostrado que el problema no eran los altos salarios, sino las cuentas beneficiarias.
Que no eran los 25 mil pesos de colocación publicitaria a un medio del interior, sino que faltaban ceros y que llegaran a las plumas y voces independientes.
El monstruo creado y amamantado, ahora reclama un poco más de lo que le alimentaba. No admite llamados de atención ni control, creció y se traga todo a su paso. No distingue el color de la sangre, pero le urge algún tipo de freno, si es que es posible.
Bienvenidos al Estado, señores nuevos servidores. Al que crearon ustedes, desde la oposición irresponsable, donde todo aquel que servía desde lo público, era marcado como lo peor.
Paciencia y calma. Bienvenidos a su Estado.
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