La música siempre ha sido el camino para expresarlo todo: amor, tristeza, alegrías y luchas sociales. Pero hoy quiero dejar a un lado las preferencias musicales y enfocarme en algo distinto: las grandes lecciones de comunicación que he notado desde el lanzamiento de Debí tirar más fotos, el más reciente disco de Bad Bunny. Salió el pasado 5 de enero, como regalo del Día de Reyes, una fecha muy significativa tanto en Puerto Rico como en nuestra isla.

El lanzamiento se hizo a través de un cortometraje cuya figura principal es el actor, escritor y cineasta puertorriqueño Jacobo Morales. Una historia cargada de recursos que te envuelve y te roba la atención de una manera hermosa y sutil. Ese —sea tu música favorita o no— hay que decirlo, no es un disco cualquiera: es una declaración cultural a la que, como a sus conciertos, no le ha faltado causa, lecciones y nostalgia.

Desde allí, pasando por la Residencia en el Coliseo de Puerto Rico, y hasta el anuncio de esta semana, lo que se ha visto ha sido una muestra de estrategia más allá de lo impresionante.

Reportero en noticiarios locales, productos puertorriqueños por todos lados, autenticidad, creatividad y patria. ¿Malo el conejo? Ni tanto.

Se estima que el impacto económico de la Residencia es de cientos de millones de dólares.
¿El valor cultural y emotivo? Incalculable.

Todo esto ha dejado a mucha gente gritando el nombre de un país en el que no nació y que probablemente nunca ha visitado:

• La identidad puertorriqueña en boca de todos.
• El recuerdo de los que se fueron y los que quedan en la tierrita y fuera de ella.
• La bomba y la plena puertorriqueñas resaltadas con un storytelling bellísimo.
• Concho, un sapo en peligro de extinción, y la herida permanente en los que dejan su tierra para buscar una mejor vida.
• La visita de grandes figuras del mundo artístico y deportivo en “La casita”.
• La rabia de recordar esos lugares que no existen más porque se los han arrebatado.
• Las marcas fuera del estadio, el baile, las sonrisas, la comida y el fiestón.
• La transmisión en vivo del concierto final, coincidiendo con el aniversario del huracán María.
  Aquí no ha faltado nada.

El anuncio de que será el artista del Medio Tiempo del Super Bowl, en pleno Mes de la Herencia Hispana, en pleno miedo por la persecución que se vive actualmente; la conexión entre generaciones donde quiera que se escucha el NUEVAYOOOOOLLLL y, por supuesto, las sillas plásticas que servirán para seguir recordando de dónde viene.

¿Benito?
Benito es otra cosa. Llevó la resistencia a la Residencia. Nos ha hecho pensar a los latinos en mil y una formas de soñar con que, a pesar de lo que nos han hecho vivir históricamente, lo bueno puede suceder en nuestros países; en que la lucha por todo lo que nos han arrebatado hay que hacerla cada día, con los ritmos que heredamos y creamos, y en que tu influencia construye futuro y resistencia.