Empezó La Cuaresma, tiempo de reflexión en la tradición religiosa.

Como tenemos un gobierno previsor, el Vía Crucis del pueblo comenzó hace 18 meses.

Nos tienen haciendo ayuno diario; ojalá y reflexionen para aliviar el peso de la cruz.

Es pesada la carga para la clase media y los pobres que cada día tienen que hacer malabares para pagar comida, combustibles, transporte, medicinas  y energía más caras.

Si el gobierno pensara con más sensibilidad, en vez de estar buscando culpables dentro y fuera, quizás podríamos tener esperanzas de sobrevivir en mejores condiciones la crisis.

Si, sensibilidad para mirar al prójimo y sentir sus necesidades, aplicar políticas que mitiguen la inflación, invertir más en el campo, apoyar a las mipymes, volver a una alimentación escolar de calidad, bajar los costos de las medicinas, en fin, hacer más llevadera la situación de quienes más necesitan.

Como van las cosas, el Gobierno del Cambio lo único que nos garantiza es un ayuno permanente, porque para miles de familias, cada día es más difícil poner en la mesa el pan de cada día.

Recordar que el ayuno es voluntario, cuando es obligado por la realidad, es miseria.

Esta Cuaresma debería de motivar a quienes nos gobiernan a meditar y ajustar el rumbo para que no nos sigan llevando por su Vía Dolorosa al Calvario.