Cual gurú de la auto ayuda o brujo sin santo, el presidente lanza a manera de oráculo la invocación «No miren pa’trá».

Pésimo slogan de campaña para abrir la marcha triunfal hacia la reelección, sin embargo, es bueno de vez en cuando obedecer al presidente.

Si Luis nos quiso invitar a ver su obra de gobierno presente, pues miremos algunos de sus logros:

Dos años escolares perdidos y miles de millones de pesos en el zafacón.

Un escándalo mensual en INABIE y el Programa de Alimentación Escolar en peligro de extinción.

De las 11 mil viviendas que ofreció por año, no ha entregado ni mil.

Desmonte sistemático de los programas de apoyo al campo, quiebra de productores y peligro para la seguridad alimentaria.

Una canasta básica con más de 60 productos que han aumentado entre un 30 y 40 % su precio.

Tarifa eléctrica insostenible para la clase media y los pobres.

Salud, seguridad social y medicamentos cada día más lejos de los enfermos.

Casi 20 mil millones de dólares en préstamos que nadie sabe para qué han sido.

Abandono total de los programas de reforestación poniendo en peligro los bosques y el agua.

Aumento del crimen y la delincuencia.

La lista es más larga, pero sin mirar atrás, el presente que nos hace vivir el Gobierno del Cambio es desolador e incierto.

Por suerte, la vista como el gusto es libre para mirar hacia donde nos venga la gana, a pesar y por encima de lo que diga un presidente, que va para las calles a buscar una reelección, en vez de ponerse a enderezar entuertos que su gestión ha creado.