Ante el espejo de la realidad
De maquillaje hablamos. Cosmética del “cambio” que tapa el sol con un dedo.
Maquillando cifras va el ministro de Turismo. Mete gato por liebre. Cuenta cruceristas como turistas, le advierte Juan Ariel Jiménez. No es lo que establece la Organización Mundial del Turismo. Con ese maquillaje habla de diez millones de turistas cuando aún no llegamos a ocho.
Maquilla el ministro de Agricultura. Esconde el descalabro de la producción. Dice que sembramos más, pero sembramos mucho menos para importar más y hacer más ricos aún a los amigos del gobierno quebrando la producción agropecuaria.
Maquillando van Obras Públicas y Educación y en Salud maquillan boletines epidemiológicos, cifras del dengue y estadísticas de toda laya.
Maquillando al gobierno entero va la propaganda. Páginas enteras en los impresos. En la radio y la televisión. No hay red social donde no brote el maquillaje. ¡Hasta en el lector PDF nos persigue! Ejércitos de bots, chachareros y chupatintas de toda laya. Cuanto mejor pagados, tanto más desbocados.
Y finalmente maquillan encuestas. Millones y millones de pesos para vender percepción. Para sugestionar a los votantes.
Pero, ay, cómo maquillar los precios de las carnes, los huevos, el arroz, el azúcar, los víveres, los medicamentos…, el deterioro de los servicios de salud, educación, transporte y la corrupción que no da tregua.
Cómo maquillar la angustia, la desesperanza, el aumento de la pobreza, el estancamiento económico, el desplome del crecimiento…
Como en ciertas historias, todo el maquillaje oficial se derrite ante el espejo de la realidad.
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