AMLO

09-05-2022
Quiero que sepas
Ojalá, República Dominicana
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Andrés Manuel López Obrador es escuela de dignidad.

Probablemente nunca antes se había visto algo semejante en nuestra región y, quizás, en el mundo.

Casi todos los días habla al pueblo mexicano sobre sus problemas y los de nuestra región y del mundo. Responde así a la prensa bien pagada que lo persigue.

Inaugura desde la Presidencia de México una escuela de pedagogía política comparable a la que desarrolló en nuestro país Juan Bosch durante décadas de ejercicio político.

Y, como Juan Bosch, el Presidente mexicano no siente temor de hablar a su pueblo porque no está encasillado en moldes convencionales y porque nunca ha creído aquello de que “el pueblo no entiende”.

Pero no es sólo en su diaria, sincera, amena, patriótica conversación con su pueblo en lo que AMLO es escuela. Lo es en sus políticas. En la defensa de la soberanía mexicana y de los derechos de los pueblos de Nuestra América.

Al momento en que escribo estas líneas, está en visita de Estado a la patria de José Martí.

Antes de llegar a Cuba ha defendido el derecho de TODOS los Estados iberoamericanos a participar en la Cumbre de las Américas.

“No debe haber exclusión. Tenemos que participar todos”, dice. Claro, alude a las exclusiones que siempre quiere imponer Washington.

Conoce la guerra despiadada de Estados Unidos contra Cuba hace más de sesenta años. El bloqueo contra Venezuela y Nicaragua. El Imperio no quiere desobedientes. Son un mal ejemplo.

Cuando unos callan, otros se pliegan o se quiebran o se prestan al conciliábulo vergonzoso, López Obrador aterriza irradiando decoro en el aeropuerto José Martí.

En él encarna hoy la dignidad latinoamericana.