Agotado, inservible, insuficiente para medir la pobreza real y el real ingreso. Así decía el Gobierno cuando era oposición sobre el modelo económico de República Dominicana.

Se trata del mismísimo modelo que ahora aplica con mayor ferocidad. Lo que antes se señalaba como “insostenible patrón de endeudamiento”, hoy es cotidianidad del Congreso Nacional, que rompe récord mes por mes.

¿Qué habrá sido de aquellos brillantes planes que todo solucionaban? Cambiar era la solución para muchos que ahora reflexionan que cambiar ha sido el problema.

El problema vuelve a ser el problema de hace 20 años. El criticado modelo se ha hecho más cruento e inhumano.

La economía crece en las pantallas de los televisores. Lo dicen las gráficas. Los indicadores de desarrollo humano son otra cosa. El desmonte de políticas públicas ha hecho estragos.

Las promesas: palabras sueltas. ¿Adónde van las palabras que no se quedaron?, pregunta Silvio Rodríguez en una canción.