Abel no ha tenido un Caín
Aunque los medios de comunicación desde anoche hablan de la contundente victoria de Abel Martínez Durán en la Consulta del PLD a sus bases, lo cierto es que el gran ganador es la organización que, desafiando malos augurios; desafiando esa tendencia secular a la división de las organizaciones de toda naturaleza formadas por nuestra pequeña burguesía o clase media; desafiando el momento de reflujo y pesimismo por las crisis económica, social, política que vive nuestro país, ha convocado a militantes y simpatizantes a decidir quién les representará en la contienda del 2024.
Eso ya estaba muy claro en las demás organizaciones políticas del país. El PLD, por tanto, estaba en relativa desventaja pues su militancia no estaba unificada. Otro es el escenario a partir de ahora.
Cientos de miles han acudido y han expresado un resultado claro. Lo han hecho en orden. Con entusiasmo. Con confianza en su propia apuesta, pero listos para respetar el resultado si no les favorecía. Es un triunfo de la organización política y es un ejemplo para la sociedad dominicana.
La guerra fratricida vaticinada por algunos no ha ocurrido. De nuevo ha recurrido al voto electrónico. No ha habido algoritmo o hacker ruso o hindú. Tampoco predestinados tozudos incapaces de reconocer la victoria del otro. Eso ocurrió en el 2019 y el resultado es harto conocido. Esta vez, Abel no ha tenido un Caín.
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