Este primero de agosto conmemoramos los setenta años de la Radio Televisión Dominicana y es de gran satisfacción para quien esto escribe dedicar unas líneas a esa efeméride porque fue durante la gestión que encabecé(2015 – 2020) cuando se llevó a cabo el proceso de transformación más importante de esa entidad en los últimos años.

A solicitud nuestra, el presidente Danilo Medina dispuso el remozamiento de casi toda la estructura física de la Corporación y quienes la visitan desde entonces pueden comprobar lo que digo.

Recuperamos las estaciones de Pedernales, La Romana, Dajabón y Guanito que tenían años  abandonadas; dotadas de modernos transmisores digitales, procesadores de audio y remozadas las cabinas de las emisoras de radio; casi duplicado el ancho de banda de la señal del canal 4 que empezó a transmitir en alta definición (HD) y preparado para la transición digital; puesto en el aire el canal 17 (1017, en Claro), listo para la transmisión digital con asistencia de la Cooperación Koreana; creadas las páginas digitales de todos los medios; remozada la flotilla de vehículos de la institución; transformada y remozada toda la programación de los canales y de las emisoras radiales…

Como director de la Corporación me orienté con el criterio de que la RTVD no debía competir con la TV privada ni reproducir sus propuestas puesto que los medios de comunicación del Estado deben responder a una lógica de servicio al pueblo y, por tanto, a la promoción de la educación, la cultura y demás valores dominicanos.

En lo institucional la RTVD fue dotada de los recursos para la transparencia total: portales digitales para las transacciones, Oficina de Acceso a la Información, Comisión de Ética, comités de Radio y TV que se reunían con regularidad; superación profesional del personal; mejoría sustancial de los sueldos a nivel general y un etcétera que es muy largo.

Este 70 aniversario de RTVD es por tanto propicio para agradecer al Presidente que me comprendió, al personal que me acompañó y al pueblo que dio seguimiento a un proceso de recuperación completa de unos medios que hace tiempo merecían mejor suerte.