2022: Entre la esperanza y la incertidumbre
El 2022 comienza con la esperanza de que la tormenta desatada por el covid-19 empiece a amainar.
Así nos dicen especialistas de la salud que esperan variantes menos agresivas del virus y la posibilidad de alcanzar cierta inmunidad de rebaño.
Eso permitiría que la economía mundial continúe activándose, aunque ya sabemos que allí otro gallo canta.
La inflación hace rato que asomó su cabeza y se nos asegura que no será pasajera.
Para dominicanos y dominicanas bien podríamos hablar ya de una segunda ola inflacionaria.
La primera duplicó el precio del pollo, subió un 50 por ciento al huevo y casi otro tanto a los materiales de construcción, los medicamentos, etcétera.
La segunda ola inflacionaria podría asaltarnos debido a dificultades que persisten a nivel internacional y al incremento de las tasas de interés que busca recoger circulante, pero que agrava los problemas a la clase media y los pequeños y medianos negocios.
¿Cuáles son los planes del gobierno para enfrentar lo que es visible en el horizonte?
Habida cuenta del carácter improvisador de nuestras autoridades, es de dudar que los haya.
En casi año y medio la actual administración no ha hecho más que seguir por inercia algunos emprendimientos heredados de la anterior, desmantelar por prejuicios otros que no debió desmontar y manejarse de pantalla en pantalla dejando la gestión en manos de su asesor de mercado.
Por otro lado, vemos al gobierno repetir esquemas y procedimientos muy similares a los que ejecutaron sobre todo en el período 2000-2004, y eso no augura nada bueno para el 2022 que ya iniciamos.
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