Hasta el 2020, los dominicanos y dominicanas fueron el centro de las políticas públicas, siendo los protagonistas de la prosperidad que representaron los gobiernos del PLD.

Con la llegada del Cambio al poder, inició el desbarate institucional, que lleva por encargo eliminar todos los programas sociales y, de esta manera, privar de estabilidad a la gente.

Los proyectos desarrollados para beneficiar a millones de dominicanos y dominicanas han sido desmantelados: Los agricultores dominicanos están exiliados a la quiebra; los hospitales son salas de espera para el exilio de enfermos hacia la muerte; las escuelas son albergues que reciben niños y niñas para ser exiliados a la ignorancia; los servicios públicos, las obras y hasta el transporte han sido exiliados al abandono.

Desde la oposición, el PRM destiló odio contra el partido morado, por sus revolucionarias conquistas en favor del pueblo dominicano. Hoy, desde el poder, profundiza ese odio traicionando a la gente que fue idiotizada con promesa vanas, para luego desecharlas.

Ser pobre se ha convertido en una sentencia de indiferencia. La clase media, por su parte, transita de la estabilidad a la pobreza, a merced de la aporofobia intrínseca del Gobierno de Abinader.

El pueblo dominicano está decidido a poner fin al exilio del abandono y recuperar el bienestar de la mano del PLD, que está listo para gobernar.