Apagones a cada rato, años que no ocurría.

Se daña la comida en la nevera, no se puede dormir por el calor y los mosquitos.

¡Un desastre!

Se descargan los celulares y el inversor. No se puede ver televisión.

Y nadie entiende, porque con el PLD de 2012 al 2020 casi se duplicó la capacidad de generación eléctrica: creció de 2,998 MW a 4,850 MW.

Solo en energías renovables (sin hidroeléctricas) se agregaron 570 megas durante 2012-2020.

La Central Punta Catalina agregó 752 megas más. 

Otro avance fue la conversión a gas de tres plantas con 750 megas.

Finalmente, están las 27 centrales hidroeléctricas que hacen su aporte de 600 megas cuando las condiciones lo permiten.

Conclusión: hay suficiente y mejor generación eléctrica en nuestro país.

Entonces, ¿por qué escasea la energía eléctrica en República Dominicana y protestan familias y dueños de colmados y pequeñas empresas en barrios y pueblos?

Una mala gestión pública -señalan especialistas- que despidió personal calificado, la imprevisión de situaciones, la no observancia de rigurosos protocolos técnicos y la improvisación.

Igualmente, la falta de inversión en mejorar las redes de distribución.

Un hecho alarmante y muy revelador es que las EDES (distribuidoras de propiedad estatal) por cada 100 pesos de energía que compran a generadoras y sirven a familias, empresas y comercios, cobran 66.6 pesos promedio.

Ahora, con la escasez mundial y encarecimiento de los derivados del petróleo, República Dominicana podría estar a las puertas de una situación difícil y complicada.