Los fenómenos climáticos extremos de 2022 muestran la urgencia de actuar inmediatamente
Este año, los desastres relacionados con el tiempo, el agua y el clima, como las inundaciones extremas, el calor y la sequía, se cobraron numerosas vidas, afectaron a millones de personas y costaron miles de millones de dólares, haciendo patente el rápido avance del cambio climático inducido por la actividad humana y la urgencia de actuar antes de que sea demasiado tarde, apuntó este viernes la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En una nota de fin de 2022, la agencia de la ONU destacó la necesidad de actuar decididamente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y para implementar políticas de adaptación al cambio climático.
Las mediciones científicas han permitido ver que los últimos ocho serán los ocho más cálidos desde que existen los registros. La persistencia de un evento de La Niña evitará que 2022 sea el año más caliente, pero su efecto de enfriamiento será de corta duración y no revertirá la tendencia de calentamiento a largo plazo causada por niveles récord de gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera.
Según los pronósticos de la oficina meteorológica del Reino Unido, la temperatura global promedio en 2023 estaría entre 1,08°C y 1,32°C por encima del nivel preindustrial, muy cerca de la meta del máximo de 1,5°C que marca el Acuerdo de París para fin de siglo.
Medidas de adaptación
Para destacar la gravedad del aumento de la temperatura del planeta, el secretario general de la agencia de la ONU citó una serie de desastres meteorológicos de este año, como las inundaciones en Pakistán y la sequía prolongada en el Cuerno de África, que presagia una catástrofe humanitaria.
“Es imperativo mejorar la preparación para tales eventos extremos y garantizar que cumplamos el objetivo de la ONU de alertas tempranas para todos en los próximos cinco años”, dijo Petteri Taalas, refiriéndose a las medidas de adaptación que hacen falta.
La OMM anunció que las alertas tempranas y la creación de resiliencia serán algunos de sus prioridades centrales en 2023.
Máximos históricos
El organismo explicó que, además de los gases de efecto invernadero, el nivel del mar, el contenido de calor y la acidificación del océano también registran máximos históricos.
Especificó que la tasa de aumento del nivel del mar se ha duplicado desde 1993, aumentando casi 10mm desde enero de 2020. Sólo los últimos dos años y medio representan el 10% del aumento general desde que comenzaron las mediciones satelitales hace casi 30 años.
Además, los glaciares de los Alpes presentaron un derretimiento sin precedentes. La capa de hielo de Groenlandia perdió masa por vigésimo sexto año consecutivo y, por primera vez, llovió en lugar de nevar en la cumbre.
El Ártico también es más cálido, húmedo y tormentoso.
La OMM señaló que si bien el 2022 no batió récords de temperatura global, hubo una serie de récords nacionales de calor en muchas partes del mundo.
Desastres en todos los continentes
Por ejemplo, mencionó que India y Pakistán experimentaron un calor récord en marzo y abril y que China tuvo la ola de calor más extensa y duradera desde que comenzaron los registros nacionales, así como el segundo verano más seco registrado.
Después de la ola de calor, unas lluvias récord en julio y agosto causaron inundaciones trágicas en Pakistán, donde al menos 1700 personas murieron y 33 millones resultaron afectadas, 7,9 millones de ellas debieron desplazarse.
Además, grandes partes de Europa vivieron episodios de calor extremo. El Reino Unido tuvo un récord nacional el 19 de julio, cuando la temperatura superó los 40°C por primera vez.
En África Oriental, las lluvias han estado por debajo del promedio en cuatro temporadas consecutivas, lo que ha provocado una crisis humanitaria que afecta a millones de personas, ha devastado la agricultura y matado al ganado, sobre todo en Etiopía, Kenya y Somalia.
En Sudamérica, hubo temperaturas récord durante dos olas de calor consecutivas a fines de noviembre y principios de diciembre en el centro y norte de Argentina, el sur de Bolivia, el centro de Chile y casi todo Paraguay y Uruguay.