Con una estufa que ahorra leña, una mujer mexicana lucha contra el cambio climático
En este 8 de marzo, en el que conmemoramos el Día Internacional de la Mujer, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) definió que el tema de este año sería el de “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”, reconociendo la contribución de las mujeres y las niñas de todo el mundo, que están liderando los esfuerzos de respuesta, mitigación y adaptación al cambio climático.
Por ello, hoy queremos contar la historia de Dulce Cruz, una mujer incansable que no se conformó con estudiar una licenciatura, pues en el camino comprendió que México y su estado, Quintana Roo, necesita más conciencia social y ambiental, que hoteles cinco estrellas.
La historia de Dulce inicia en su universidad, cuándo al estudiar la carrera de Administración de empresas Turísticas en su natal pueblo, Felipe Carrillo Puerto en Quintana Roo, conoció a un maestro que la concienció sobre la importancia de la zona y de su recuperación. Dulce cuenta a Noticias ONU que conforme iba aprendiendo tomó la decisión de dedicar su vida al recuperamiento de su territorio, dejando a un lado el sector corporativo empresarial.
“A partir de entonces yo dije que esto es lo que quiero en la vida, quiero continuar este camino y no me miro en la industria hotelera y nada de eso. Quiero hacer esto. Entonces me sumé a trabajar en una Asociación Civil que estaba en Carrillo Puerto, y dentro de este proceso es que en un taller de temas de emisión CO2 (…) nació una de las estrategias que abona al proceso de las estufas de leña”, platicó.
¿Cómo lo hizo?
Después de muchos talleres, capacitaciones, certificaciones, y mucha dedicación, Dulce junto con un gran equipo de trabajo, logró crear la Cooperativa “Túmben K´óoben”, que significa “Nuevo fogón” en maya, en dónde se construyen estufas ahorradoras de leña, dando una alternativa ecológica que se crea con materia prima de la región: nopal, cáscara de elote seco, piedra sascabosa, y tierra blanca. Uno de los principales objetivos de las estufas ahorradoras de leña es reducir las emisiones de gases y disminuir la degradación forestal.
Gracias a este trabajo, Dulce junto con su cooperativa, ha logrado ser beneficiaria del Programa de Pequeñas Donaciones, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), adquiriendo importantes recursos financieros para continuar con su labor y así llegar a más rincones de Quintana Roo y de Yucatán.
Para Dulce esta experiencia ha sido muy enriquecedora ya que, a través de las capacitaciones y aprendizajes, ha logrado mantener una sana relación con la agencia de la ONU, que ayuda a los proyectos que están dispuestos a contribuir a la sanación del planeta.
“El PNUD siempre ha estado muy presente en la Península de Yucatán, ha estado con mucha relación acá, apoyan constantemente con recursos financieros a los procesos comunitarios, y no solo apoyan económicamente, tienen una colaboración muy participativa con talleres, y capacitaciones que te va ayudando.”, agregó.
El Programa de Pequeñas Donaciones del Programa tiene presencia en más de 125 países, incluyendo México, brindando apoyo financiero y técnico a proyectos que tengan como objetivo la conservación ambiental y el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades.
Este programa ha facilitado que comunidades locales y las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en ellas, tengan acceso a estos recursos. De esta forma se apoyan proyectos que se mantienen alineados con las estrategias del fondo y los Objetivos del Desarrollo Sostenible, como es el caso de Dulce y la cooperativa “Tùumben K`óoben”.
Andrea Serrano, Especialista en Evaluación y Monitoreo del Programa de Pequeñas Donaciones, explicó que el Programa tiene 27 años en México, con oficinas centrales en la ciudad de Mérida, Yucatán. Durante este tiempo, ha financiado 677 proyectos de desarrollo sostenible. Los proyectos han creado directamente alrededor de 5400 empleos permanentes y otros 13.000 de manera indirecta. Los beneficiarios del Programa son aproximadamente 14.000 personas, de las cuales 6000 son mujeres.
“Trabajamos en el sureste de México, en los estados de la península de Yucatán, Tabasco y Chiapas. El mecanismo principal es a través de convocatorias con una gama de líneas de trabajo. Lo más interesante es que no solo son organizaciones sociales, sino también cooperativas, sociedades productoras rurales, y ejidos. Por lo tanto, es una forma de movilizar recursos directamente a organizaciones de base, muy eficiente.”, indicó.
El Programa de Pequeñas Donaciones ha invertido más de 38 millones de pesos en el sur y sureste de México, apoyando proyectos de diversos temas. Las principales estrategias que se han apoyado son: agroecología y agroforestería, acuacultura sustentable con especies nativas y pesca responsable, turismo comunitario, manejo forestal sustentable y apicultura orgánica.
Este apoyo financiero se basa en tres pilares que fomenta en todas sus acciones: cuidado y valorización de la biodiversidad como base de nuestro bienestar, promoción de la equidad de género para construir sociedades justas, y transparencia y ética en todas las acciones y actividades. En México se espera iniciar con una nueva fase en los próximos seis meses.