Soy y siento contigo

24-03-2025
Literatura
Ojalá, República Dominicana
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Me pongo en tus manos, agricultor, que con el sol aún dormido ya trabajas la tierra de nuestra amada Quisqueya, esperando que la lluvia no falte y que el fruto de tu esfuerzo no se marchite en la indiferencia.

Que las deficientes políticas públicas, la mano de la que deberías recibir ayuda, no termine por tronchar tu camino.

Me pongo en tus zapatos, obrero y caminante, que con el alba sales a buscar el pan de cada día, esquivando el peso de la incertidumbre, el miedo de no saber si la faena alcanzará para llenar la mesa y la esperanza del siguiente día.

Siento contigo, madre soltera, que trabajas cada día para sacar a tus hijos adelante, que te levantas temprano, que por ellos lo das todo.

Por ti, que te esfuerzas por ser luz para ellos y orgullo para tu pueblo. Me pongo en tu lucha, mujer dominicana, que haces milagros con lo poco y que multiplicas amor donde la escasez amenaza con sembrar desesperanza.

Me pongo en tu afán, maestro, que con vocación entregas saberes a una juventud que sueña con alas, que sueña a lo grande, pero choca con muros de promesas vacías y la falta de oportunidades. Me pongo en tu esperanza, joven, que aún miras al futuro con ansias, donde muchas puertas se cierran antes de abrirse.

Me pongo en tu nostalgia, dominicano ausente, que llevas en el pecho la patria como un tambor que nunca deja de sonar, me pongo en tu sueño de volver, pero temes lo que encontrarás.

Me pongo en tu corazón, pueblo mío, porque, aunque nos duela, aunque el camino parezca cada día más cuesta arriba, aquí seguimos, de pie, con la fe tatuada en el alma. Aquí seguimos, con la bandera y el escudo en lo alto, y la patria de Duarte, Sánchez y Mella en cada uno de nosotros.