Fallece John Le Carré, el espía escritor
A los 89 años murió John Le Carré, el espía convertido en novelista cuyas intrincadas y elegantes narrativas definieron al thriller de espionaje en la Guerra Fría, y que generó aclamación hacia un género que los críticos ignoraron, según reportó Página 12.
Nacido como David John Moore Cornwell en Poole (suroeste de Inglaterra), el 19 de octubre de 1931, Le Carré trabajó para el servicio de inteligencia británico antes de trasladar su experiencia a la ficción. combinó una prosa tersa pero lírica, con la clase de complejidad esperada en la ficción literaria.
Parecía tener una educación típica de la clase media alta: la escuela privada Sherborne, un año estudiando literatura alemana en la Universidad de Berna, servicio militar obligatorio en Austria -donde sus tareas incluyeron el interrogatorio de desertores del Bloque Oriental- y un diploma de grado sobre lenguas modernas en la Universidad de Oxford.
Todo eso era una ilusión: su padre, Ronnie Cornwell, era un estafador asociado a gangster, y pasó un tiempo en la cárcel por fraude de seguros. Su madre dejó la familia cuando David tenía 5 años; no volvió a verla hasta que tuvo 21.
Fue una infancia de inseguridades y extremos: en un momento había limusinas y champagne, y al siguiente una orden de desalojo del hogar familiar. Eso hizo crecer en él una inseguridad, una aguda consciencia de la brecha entre la superficie y la realidad… y una familiaridad con el secreto que le vendría muy bien en su futura profesión.
«Esas fueron experiencias muy tempranas de supervivencia clandestina», dijo Le Carré en 1996. «El mundo entero era territorio enemigo.»
Tras la universidad -que fue interrumpida por la bancarrota de su padre-, enseñó en la prestigiosa escuela de Eton, antes de unirse al Servicio Exterior.
Oficialmente diplomático, era en realidad un operativo de bajo rango en el servicio de inteligencia doméstica MI5, donde había empezado cuando aún estudiaba en Oxford. Luego se unió a su contraparte internacional MI6, sirviendo en Alemania y luego en el frente de la Guerra Fría, bajo la cobertura de un segundo secretario en la Embajada británica.
Sus primeras tres novelas fueron escritas mientras aún era espía, y sus empleadores le pidieron que publicara bajo un seudónimo: se quedó con «Le Carré» para su carrera entera.
Dijo que eligió el nombre -«plaza» en francés- simplemente porque le gustó el sonido europeo, vagamente misterioso que tenía. Llamada para el muerto apareció en 1961 y Un asesinato de calidad en 1962. En 1963 apareció El espía que surgió del frío, la historia de un agente forzado a tomar una última, riesgosa operación en la Berlín dividida.
Tocó uno de los temas recurrentes del autor, el borroneo de las líneas morales que es parte esencial del espionaje, y la dificultad de distinguir a los buenos de los malos.
Le Carré dijo que fue escrito en uno de los puntos más oscuros de la Guerra Fría, justo después de la construción del Muro de Berlín, en un momento en el que él y sus colegas temían que una guerra nuclear fuera inminente.
Sus libros tomaron la traición, el compromiso moral y la carga psicológica de una vida secreta. En el calmo y vigilante espía maestro George Smiley creó a uno de los personajes icónicos de la ficción del siglo XX: un hombre decente en el corazón de una red de engaños.
Para Le Carré, el mundo del espionaje era «una metáfora de la condición humana.»
«Si gusta de categorizarlo todo -Romance, Thriller, Serio-, no soy parte de la burocracia literaria», le dijo a la agencia Associated Press en 2008.
«Simplemente tomo lo que quiero para escribir tramas y personajes. No me lo anuncio a mí mismo como un thriller o un entretenimiento. Creo que todo eso es bastante tonto. Les facilita la tarea a las librerías y los críticos, pero no compro esa categorización. Quiero decir, ¿qué es Historia de dos ciudades? ¿Un thriller?»
Otros trabajos incluyen La gente de Smiley, La Casa Rusia y, en 2017, la aparente despedida de Smiley, El legado de los espías. Muchas de sus novelas fueron adaptadas al cine y la televisión; las más notables fueron las producciones para la BBC de La gente de Smiley y El Topo con Alec Guinness como Smiley.
Le Carré fue atraído por el espionaje a causa de una educación que era superficialmente convencional pero secretamente tumultuosa.
¿Quieres conocer más detalles sobre quien fue John Le Carré, el espía escritor? Te invitamos a leer el reportaje original publicado por Página 12.