Cinco obras para recordar a Isaac Asimov
Isaac Asimov fue un escritor que nació un día como hoy de 1920 en Petrovichi, Smoliensk, hijo de Judah Asimov y Anna Rachel Berman. Su familia abandonó la recién creada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) para trasladarse a los Estados Unidos, país en el que terminó viviendo en el barrio neoyorquino de Brooklyn.
El joven Issac se interesó en las publicaciones de ficción que comenzó a devorar con rapidez en cuanto aprendió a leer. Gracias a su precocidad escolar, sus padres lo inscribieron antes de tiempo en la escuela pública de Nueva York.
Con solo 15 años de edad terminó sus estudios de bachillerato con brillantez y se matriculó en la universidad de Columbia en 1935 para licenciarse en Química y más adelante en Ciencias y Artes, hasta conseguir un doctorado en Filosofía.
Aunque sus padres esperaban que se dedicara a la medicina, Asimov emprendió el camino de la literatura. Se convirtió en un prolífico escritor con más de 500 títulos publicados, con gran popularidad en la literatura de ciencia ficción.
Ha sido comparado con Julio Verne, H.G. Wells y en ocasiones con Aldous Huxley, George Orwell y Ray Bradburry. Dentro de su vasta obra, te proponemos conocer cinco títulos de Asimov.
Yo, robot (1950)
Es una obra donde Asimov fijó las tres leyes de la robótica que ponen al artefacto al servicio total del hombre. Asimov capta la evolución de los robots hacia el modelo androide de inteligencia y moral superior a la humanidad. En cambio, los hombres, movidos por impulsos egoístas, engendran gran hostilidad hacia los robots.
Fundación (1951)
Es el primer texto de la “Trilogía de la Fundación” que contiene cinco relatos anteriormente publicados en revistas por Asimov, donde aborda un futuro muy lejano en miles de años en el futuro, pero con condiciones humanas.
La humanidad se extendió por toda la Galaxia y gobernando en un Imperio Galáctico que por su extensión espacial y temporal se comienza a corromper y estancarse en cuanto a nuevos avances científicos, pues todo lo que el hombre debía descubrir ya estaba hecho.
La bóveda de acero (1953)
En esta obra, Asimov presenta a la Tierra en ciudades encapsuldadas en enormes bóvedas de acero y sin contacto directo con el mundo exterior. Los terrestres, tras conquistar 50 planetas, ya no les interesa colonizar y se han vuelto agorafóbicos y rechazan la innovación en tecnología, especialmente los robots.
Los habitantes de otros planetas sí desean desarrollar su tecnología y fundamentalmente los robots con cerebro positrónico que tienen forma humana. Básicamente, es una novela policíaca ambientada en el entorno futurista y la trama gira en torno al estancamiento de las dos culturas en extremo opuestas y en constante desconfianza una de la otra.
El Sol Desnudo (1957)
Es la segunda novela que tiene al detective terrestre Elija Baley como protagonista, dentro de la serie de los robots y como continuación de Bóvedas de acero. El escenario principal no es la tierra, sino Solaria en el siglo 47.
Bayley es llamado para resolver un asesinato, pero debe enfrentar su agorafobia y trasladarse de planeta. En Solaria encontrará eficientes robots y la evolución cultural del lugar llevó a los solarianos solos y aislados, por lo que todos piensan que a Rikaine Delmare fuese asesinado por sus cónyuges, pues los contactos personales esporádicos eran limitados exclusivamente a los cónyuges.
El hombre Bicentenario (1977)
Es considerado un cuento de la serie de los robots. En 1976, al celebrarse el bicentenario de la independencia de los Estados Unidos, varios autores fueron encargados de escribir un relato corto, y ahí se originó el relato.
Esta historia va de un robot que poco a poco va adaptándose al mundo humano hasta que desea ser reconocido como uno de ellos. Finalmente, eso lo lleva a enfrentar una lucha por obtener su humanidad de forma legítima.