Cultura entre las manos: Nexo entre sordos y oyentes (+ Video)

30-07-2023
Inclusión
Cuba Debate
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Roberto Mesa tiene 58 años y hace más de una década descubrió Cultura entre las manos, un proyecto que recién comenzaba en 2008 en la emisora Habana Radio, liderado por Carmen Salgado y Yalena Gispert.

Enseguida se sintió identificado por su orientación hacia la comunidad sorda, pues la iniciativa pretendía extender las propuestas de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana a quienes, producto de su discapacidad auditiva, habían quedado al margen de los proyectos de la institución.

A falta de una sede, las actividades del programa en los primeros años se desarrollaban en distintos espacios: Habana Radio, La Casa del Benemérito de Las Américas “Benito Juárez”, el convento Nuestra Señora de Belén, la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena y el Palacio del Segundo Cabo. Roberto recuerda participar en los andares con interpretación a la Lengua de Señas y en la proyección de audiovisuales con Closed caption.

“No tengo palabras para describir los beneficios. Hemos descubierto la riqueza y autenticidad de la cultura cubana. Visitamos museos, galerías, teatros, y recibimos talleres de todo tipo”, señala, y reconoce que la comunidad sorda es protagonista de la iniciativa, pues ellos son los que determinan las actividades que desarrollarán, de acuerdo con sus gustos y preferencias.

El empeño de quienes echan a andar cada día Cultura entre las manos y el impulso de Eusebio Leal, hizo que hace un año el proyecto finalmente tuviera su sede, justo detrás del emblemático Templete del centro histórico de la ciudad. Según las especialistas que allí laboran, tener un espacio propio ha potenciado el desarrollo de las actividades y ha consolidado los vínculos con la escuela provincial de niños sordos René Vilches, lo cual ha influido favorablemente en la captación del público más joven.

Pensando en la inclusión

Una de las premisas para trabajar en el proyecto es saber Lengua de Señas Cubana. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

Según su directora, Yalena Gispert, Cultura entre las manos es un programa de educación patrimonial para el fomento del diálogo intercultural entre las comunidades sorda y oyente; y este año celebrará su aniversario 15.

Leydis Luisa Hernández, especialista en comunicación del proyecto, explica que, aunque la propuesta parte de intentar solucionar una necesidad de información de las personas con discapacidad auditiva, incluye a la comunidad sorda, sus familiares y amigos, porque se trata de promover esta cultura y romper los estereotipos. Tampoco hay límite de edad para participar.

Lejos del paternalismo y la imposición de gustos que en ocasiones los oyentes establecen en sus relaciones con los sordos, Cultura entre las manos pone el proyecto a disposición de la comunidad sorda y sus necesidades. De hecho, la especialista en gestión sociocultural Yordanys Echeverría explica que es complicado planificar las actividades con dos o tres meses de antelación, porque depende de los intereses de los participantes en cada momento. “Este trabajo no es desde el oyente para el sordo. Es al revés”, dice.

El número de asistentes a las actividades es variable. Yordanys Echeverría comenta que hay encuentros de alrededor de 120 participantes y otros donde asisten menos personas. Depende, por lo general, del transporte, la promoción y los intereses de la comunidad.

No hay límites de edad para participar en las actividades de Cultura entre las manos. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

Para comunicarse con sus miembros, los especialistas al frente del proyecto lo hacen en su propia sede, mediante los canales de difusión de la Oficina del Historiador o a través de las redes sociales del programa. Una de las premisas para trabajar en Cultura entre las manos es saber Lengua de Señas Cubana y, los que no la conocen al incorporarse al programa, tienen la obligación de pasar el curso.

Talleres sobre la materia se imparten en el mismo proyecto. Hace poco culminó uno de verano para adultos, que tenía la intención de acercar a los interesados a las señas básicas. También a principios de mes se realizó un festival de Lengua de Señas Cubana.

Se imparten además otros cursos, como los tres talleres de fotografía, pintura y danza previstos para este verano. En principio, están pensados para los niños, pero si algún joven quiere participar, lo puede hacer.

“Tenemos concebido, para cerrar la temporada, un andar presencial que recoja el resultado de esos talleres, donde incluiremos espacios como la Galería Carmen Montilla, la Fototeca de Cuba y Habana Espacios Creativos”, dice Leydis Luisa Hernández.

Durante todo el año, el proyecto propone talleres sobre temáticas variadas, cursos de Lengua de Señas Cubana, encuentros con la comunidad sorda, familiares y amigos; así como conversatorios y conferencias.

Los pendientes

Dirigido a los padres oyentes de niños sordos -que son la mayoría-, se está planificando para septiembre un taller con docentes, psicólogos y otros especialistas. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

Dirigido a los padres oyentes de niños sordos -que son la mayoría-, se está planificando para septiembre un taller con docentes, psicólogos y otros especialistas, encaminado a que los padres conozcan las características de las personas con discapacidad auditiva y cómo tratarlas, porque, según Leydis Luisa Hernández, a veces los tutores no tienen las herramientas psicológicas necesarias para ayudar a que sus hijos se desarrollen.

“En ocasiones es difícil convencer a los padres oyentes de la necesidad de que los niños aprendan Lengua de Señas y se acerquen a su comunidad. Muchas veces el niño es inteligente y puede lograr grandes cosas si le ponen las herramientas en las manos, pero hay padres que no ven la necesidad de que sus hijos aprendan la Lengua de Señas; algunos hasta los tratan como retrasados mentales, y se puede terminar truncando el desarrollo de los pequeños”, advierte Yordanys Echeverría.

Un ejemplo de las potencialidades que puede desarrollar la comunidad sorda lo tienen en el mismo proyecto, con la profesora Marileydi Suárez Marrero, quien presenta discapacidad auditiva y es instructora de Lengua de Señas Cubana.

Para ella, ser miembro de Cultura entre las manos ha sido una gran experiencia, pues su labor de promoción cultural ha ayudado a acercar a la comunidad sorda hacia la sede del proyecto, e interesarlos por la historia, el patrimonio y el arte.

Piezas de cerámica resultantes de los talleres impartidos en Cultura entre las manos. Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate.

Sin embargo, Leydis Luisa Hernández reconoce que el programa está muy focalizado en La Habana. “Hemos abierto cuentas en Facebook, Twitter e Instagram para acercarnos a personas sordas de otras provincias y, curiosamente, logramos contactar más con la comunidad sorda de otros países que con los matanceros, santiagueros o de otros territorios. Hemos intentado, pero no sabemos dónde están, y las estadísticas de la Ansoc hablan de alrededor de 25 000 sordos en Cuba”.

Cultura entre las manos, único proyecto de su tipo en el país, tiene mejor localizados a los niños, porque existe una escuela de niños sordos en cada provincia. “Pero cuando terminan sexto grado, salen de esa institución y se nos pierden y, cuando son jóvenes, no suelen acercarse a la Ansoc”, dice Leydis Luisa Hernández, que identifica en esta dispersión uno de los principales retos.

Otro de los desafíos consiste en que, aunque es un derecho de los niños sordos acceder a la Lengua de Señas como su primera lengua; la educación de las personas con discapacidad auditiva enfrenta hoy los mismos problemas de migración de profesionales del sector que la educación en general.

Pero, quizás, el reto más significativo es que la comunidad alrededor del sordo entienda que estas personas pueden progresar desde el punto de vista personal y profesional. Es un cambio de mentalidad que tomará años y al que Cultura entre las manos aporta con el desarrollo en sus redes sociales de una sección llamada Comunidad Sorda, donde difunde historias de vida de personas con discapacidad auditiva que han alcanzado puestos de parlamentarios, deportistas, abogados, entre otros.

“Aquí hay muchos niños capaces de desarrollar su potencial, pero nosotros solos no podemos impulsarlos, como tampoco lo pueden hacer solo la escuela o los padres. Por eso es tan necesario que la sociedad en general se sensibilice y vincule con estos temas”, explica Leydis Luisa Hernández.

La esperanza

Los niños son nuestro público estrella, afirma la directora del proyecto. Foto: Tomada del sitio web de la Oficina del Historiador.

Cultura entre las manos es un espacio idóneo para la relación desde edades tempranas entre oyentes y sordos, cuya comunicación se puede complejizar si no existe un lugar de intercambio como este, pues el Español es el segundo idioma de la comunidad sorda y la Lengua de Señas no se estudia en la enseñanza general.

Hay muchas actividades que el proyecto puede desarrollar, sin ánimos de suplir a la escuela. Por ejemplo, Yordanys Echeverría comenta que los niños oyentes y sordos que reciben los mismos cursos de arte se relacionan de forma orgánica.

Entre los logros de estos tiempos, además del conocimiento del patrimonio y los vínculos entre sordos y oyentes; destaca el nacimiento de varias señas, que están en proceso de oficialización en la Ansoc.

“Dadas las necesidades comunicativas, y porque muchas de las palabras que abordamos aquí no tienen traducción a Lengua de Señas, desde el proyecto, por acuerdo entre los participantes, nacieron las señas de patrimonio, la del personaje del cuento infantil Pulgarcito, la del Templete, las señas de las plazas, entre otras, que contribuyen al acervo lingüístico de estas personas”, destaca Yalena Gispert.

La intención de Cultura entre las manos, según su directora, es continuar fomentando el desarrollo de la Lengua de Señas en el ámbito cultural, de manera que progrese la comunidad sorda, se difundan sus valores y, a partir de ese conocimiento, ocurra una inclusión consciente y natural en todas las esferas sociales. “Por eso, nuestro público estrella son los niños”, menciona Gispert.

Sobre el proyecto, Eusebio Leal diría: “Es un programa de una importancia enorme, sutil, de extraordinaria vigencia, que aborda una cuestión social de la cual nosotros, a veces, no somos lo suficientemente conscientes”. Qué maravilla si dentro de unos años su quehacer llegara a cada rincón del país y la comunidad sorda se sintiera verdaderamente incluida y plena.

En video, taller infantil de Cultura entre las manos