Hablemos de seguros, riesgos y mala burocracia al acecho

09-07-2024
Hábitat urbano
Ojalá, República Dominicana
Compartir:
Compartir:

Estamos en una era compleja de la modernidad, donde la vida se ha convertido en una carrera a través de un arrogante proceder de la burocracia, que nos regulan la vida como un dictado sin sentido lógico, que termina dejándonos actuar sin norma, pero bajo control, siempre que no interrumpa el proceso del engranaje social que beneficia a los dueños del sistema, acumulando más poder manipulador sobre la vida de todos.

Si para F. Kafka, era asfixiante hace más de 100 años, la burocracia del sistema corrupto en que vivía, hoy, con los grandes avances obtenidos a lo largo del siglo XX, el peso sobre la familia para alcanzar los objetivos impuesto por el consumismo del libre mercado, dictado por una manipulación constante de los mercados y sus jefes más encumbrado, es de verdad angustioso.

El mejor ejemplo de lo que escribo es salir con urgencia, como es todo, a las calles y lidiar con el desorden del tránsito. Estamos acostumbrándonos, a pesar del estrés, y llegamos con o sin justificación a las tareas asignadas, pero a un costo innecesarios que podrían resolverse con voluntad y buena decisión, bajo un régimen de autoridad, disciplina y sanción para beneficio de la sociedad. ¿Que lo impide?

Sumémosle a esta descripción de dificultades para una buena vida social, la que nos impone la naturaleza, a la cual hemos abusado, interviniendo sus modelos para beneficios de nuestras comunidades, sin tomar en cuenta las leyes naturales, por lo que sus versiones originales vienen modificadas y con más frecuencias.

A pesar de que los dominicanos vivimos bajo la amenaza constantes de los ciclones, las inundaciones y los terremotos, vivimos ajenos a sus consecuencias. No solo la población común, es más penoso notar la ignorancia o la falta de prevención y voluntad de nuestros líderes sociales.

Cada año se prevé una peor cosecha de dificultades por las inclemencias del clima, y no tenemos programas en cursos para educar y proteger a nuestros ciudadanos de los barrios pobres de nuestras ciudades, cuando diseñar y aplicar medidas a tiempo, resulte más económico en vida y bienes para el propio Estado.

No voy a traer el sofisma que en el mercado asegurador lo resolvemos con un buen programa de seguro, porque una indemnización no sustituye las perdidas ni las angustias que viven nuestras comunidades luego de una tragedia de la naturaleza. Necesitamos compromiso de nuestros lideres para implementar medidas salvadoras, asumir la responsabilidad de proteger a nuestra gente.