Vuelven las criptomonedas al escenario
Tras la caída de emporios como FTX y el tambaleo de Binance, muchos dieron por terminado todo este asunto de criptomonedas y criptoactivos, pareciéndose demostrar con estos casos toda la volatilidad y corrupción que suelen asociarse con la criptoindustria en general.
Aunque era un pensamiento lógico, en las últimas semanas las cosas han tomado el giro contrario, materializándose así la predicción de abanderados de la criptoindustria que argumentaban que tras la purga renacería el entorno con más fuerza y potencial.
De que se está viendo un renacer, no hay duda: en los primeros días de diciembre, por ejemplo, bitcoin sobrepasó los 100 mil dólares, proyectándose que en 2025 alcanzará y superará los 200 mil dólares.
Bitcoin no está sola en la predicción de prolongados y fantásticos rallies: monedas alternativas como Ether, Solana, TOR Bittensor y Chainlink son nombradas por analistas como potenciales casos de éxito a seguir.
Curiosamente, la victoria de Donald Trump en Estados Unidos ha sido pieza claveen este renacimiento de las criptomonedas y todo lo que ellas implican.
Es curioso este caso porque, 8 años atrás, Trump se oponía tajantemente a cualquier cosa que oliera o asemejara cripto. Hoy, por un tema estratégico para Estados Unidos mantener su liderazgo mundial, según explicó durante su campaña presidencial, es un aliado.
En su calidad de aliado, Trump ha hecho numerosas promesas que la criptoindustria está ansiosa por ver en ejecución, siendo la más importante de ellas una regulación más laxa y amigable hacia todo el criptoentorno.
¿Qué significa un mundo dominado repentinamente por criptomonedas y sus complejidades? Quizás un buen economista pueda inferir las consecuencias de tal situación, pero, a modo de muestra, ahí está el valor actual de bitcoin al momento de este escrito: 97 mil dólares.
Una economía basada en un activo tan volátil, que así como sube como la espuma se desploma como una torre mal construida, no augura nada bueno.
Es importante recordar que estamos hablando de activos que no existen físicamente, que no tienen un valor real más allá de lo percibido y, peor, que no son comprendidos por un importante porcentaje de la población mundial.
Trump habla de crear una reserva estratégica de bitcoin en Estados Unidos, tomando de base las unidades ya existente, y el discurso es uno que en cierto modo recuerda a Nayib Bukele y la aventura que emprendió en El Salvador.
Para saber el impacto real de estas movidas, y determinar si la aventura valía o no la pena, nos toca esperar un buen tiempo.
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