Una generación de gente aislada y ensimismada

20-02-2024
Ciencia, Tecnología e Innovación
Ojalá, República Dominicana
Compartir:
Compartir:

La tecnología ha cambiado profundamente la manera en que hacemos todo, desde de trabajar hasta descansar.

Si bien hay muchos beneficios asociados a los avances tecnológicos de los que disfrutamos en la actualidad, no es menos cierto que el impacto a nivel de cómo socializamos e interactuamos con otras personas ha sido un tanto negativo.

Previo a la era de los smartphones, las redes sociales y las aplicaciones de citas, la gente solía reunirse en parques, restaurantes y centros comerciales a charlar y ponerse al día. Había, incluso, la posibilidad de conocer a potenciales parejas de esa manera.

Hoy, aun cuando se hacen esas reuniones, se da el fenómeno curioso de que, por lo general, cada cual está absorto en lo que ofrece la pantalla de su teléfono, anulándose así el objetivo de realizar un encuentro cara a cara.

Se ha acusado a la tecnología, en especial a las redes sociales y demás recursos disponibles en el smartphone, de aislar a la gente. Tristemente, esa es una realidad, extensiva a muchas otras áreas de la vida.

Si ahora la gente está aislada, cada cual por su lado y con sus cosas, la situación tan solo promete empeorar con la llegada y adopción de propuestas como las gafas de realidad mixta Vision Pro de Apple.

Considerado en este momento el producto más emocionante en salir de esta compañía en los últimos años, las Apple Vision Pro tienen mucho futuro y prometen mucha funcionalidad, sin estar limitada a una pantalla de 6 ó 7 pulgadas.

Desafortunadamente, debido al nivel de funcionalidad integrada y por el diseño, el aislamiento casi total está asegurado: son unas gafas pesadas, con muy poca transparencia, que enganchan al usuario en un mundo de íconos y recursos flotantes.

Los videos que han salido de personas que se han aventurado a pagar los 3,500 dólares que cuestan estas gafas dan la idea de un futuro donde cada cual está desconectado de su prójimo, navegando el mundo a sus anchas… hasta que tropiece con otro que esté en los mismos afanes. En pocas palabras, lo más parecido a robots.

¿Es esto deseable? Para nativos digitales, puede ser que esta propuesta resulte una evolución natural, pero para otras generaciones que tuvieron acceso a otras experiencias, posiblemente el atractivo sea nulo.

Existe la posibilidad de que, desde un principio, el plan con tantos avances tecnológicos sea convertir a la humanidad en robots, y eso es algo para reflexionar.