¿Tendrá algún poder la X?
Elon Musk tiene planes grandiosos para X, la plataforma antes conocida como Twitter, pero está por verse si lo logrará.
De entrada, no mucha gente está conforme con el repentino cambio de un gracioso pajarito azul a una aburrida y anónima X que, por demás, parece algo fúnebre.
Si una ventaja tiene Musk es que, a pesar de todo, la gente sigue prefiriendo la experiencia en X a la que ofrece Threads, la plataforma rival que salió una semana antes del mencionado cambio y que amenazó -aun sea brevemente- con destronar a Twitter.
Pasada la fiebre inicial, es un hecho que Threads no es ni la sombra de lo que fue Twitter en su momento, y esta realidad se está reflejando en informes que dan cuenta de bajo nivel de engagement y participación en la plataforma de Zuckerberg.
Volviendo a X y los planes del señor Musk, es importante recordar que el objetivo es convertir al ex Twitter es una versión occidental de WeChat, una plataforma china que sirve para mensajería, llamadas, videollamadas, pagos móviles y más.
¿Hace sentido una aplicación todóloga? No porque una cosa funcione en China va a funcionar de este lado del mundo, así que podría tratarse de un proyecto excesivamente ambicioso, sobre todo porque posiblemente no es lo que la gente quiere, pero el del dinero es Musk y no nosotros.
Si algo está demostrado es que a Musk poco o nada le importa lo que quiere la gente, y la muestra más fehaciente de esto es el cambio de identidad sufrido por Twitter, una movida que además de ser impopular implica pérdidas millonarias a nivel de marca.
De Twitter -cuando aún era Twitter- podrá decirse cualquier cosa: que era la red más floja, que en anuncios no destacaba, que era demasiado woke en sus últimos tiempos, pero una cosa es segura: el pajarito era una figura reconocida y reconocible, y eso por sí solo vale mucho.
Con la X, aun cuando sea reconocible a la mala, probablemente no se alcance ese nivel de reconocimiento o visibilidad. Después de todo, ¿qué es X?, ¿qué representa?
Según Musk, X representa las imperfecciones de cada uno de nosotros. Partiendo de su creador, eso explicaría por qué el nacimiento de X ha sido tan atropellado, desde su imposición hasta los intentos de reemplazar el viejo letrero de Twitter por una X absurda y destellante que generó muchas quejas en la ciudad de San Francisco, California.
Tanto la remoción de Twitter como la instalación de la X se hicieron sin los permisos correspondientes, siendo esto una muestra más del estilo atropellante y antojadizo de Musk. ¿Se pueden construir una marca y una comunidad así? Difícil, pero hay que darle tiempo a las cosas.
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