Sigue el bombardeo contra las redes sociales
Las redes sociales han puesto a llorar a más de uno con su carga negativa de presión social, acoso, bullying y demás.
En algunos casos, la consecuencia del uso prolongado de redes sociales ha llevado a autoflagelaciones, aislamiento y, tristemente, a intentos de suicidio que en ocasiones terminan siendo consumados.
Una y otra vez se ha señalado que las principales víctimas de este mundo tóxico son los adolescentes y los preadolescentes, llegándose a catalogar a las redes sociales en la ciudad de Nueva York como un peligro público para la salud mental en esos grupos demográficos.
Aunque esta decisión causó cierta controversia, el alcalde de esa ciudad, Eric Adams, quizás sin proponérselo, inició una tendencia: legisladores en la Florida han aprobado un proyecto de ley que busca prohibir el uso de redes sociales por parte de menores de 16 años.
El objetivo que se persigue con este proyecto de ley, aun no firmado por el gobernador de ese estado, es preservar la salud mental de adolescentes y preadolescentes, pero ello no ha impedido que las críticas a la propuesta salgan a flote.
Por un lado, se considera que este proyecto de ley podría ser violatorio a la privacidad, pues para impedir que menores de 16 años empleen estas plataformas se estaría requiriendo que terceros verifiquen datos potencialmente sensibles.
Asimismo, se considera infringe el derecho a la libertad de la expresión y que quita a los padres cierto poder de decisión sobre sus hijos.
Por supuesto, los principales detractores son compañías como Meta, la responsable de Instagram y Facebook, dos de las redes que estaría contemplado este proyecto de ley.
Según lo definido en la propuesta, aplicaciones como WhatsApp, que se concentran en comunicación directa con otras personas y no tanto en contenidos dinámicos, estarían excluidas.
Para nadie es secreto que las redes sociales pueden ser realmente dañinas si no son usadas correctamente y, sobre todo, si no se tiene la suficiente educación al respecto. Asimismo, se sabe que son increíblemente adictivas, con impactos a diferentes niveles.
¿Bastará con una ley para poner freno? Los usuarios son quienes deben poner el orden a este nivel, pero como han demostrado no ser capaces, llegan propuestas como estas. A eso hemos llegado con tanta tecnología que nos rodea.
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